|
Aguamala,
(Rhizostoma pulmo). |
Pan
y queso.
Puede
parecer una comida frugal y efectivamente si es poco pan y poco queso, lo es.
Pero
si es mucho pan y mucho queso, puede llegar a causarnos indigestión.
Por
lo que pasaremos de si es una comida frugal o no y lo dejaremos en que es una
comida muy nutritiva.
El
pan es fundamental en la dieta mediterránea.
Ha sido denostado por los países
del Norte de Europa, esos bárbaros venidos a más, por considerarlo comida de
pobres.
Han necesitado dos mil años para enterarse de sus beneficios y hoy
forma parte de su dieta. ¡Menudos zoquetes!
Y el
queso es leche cuajada, que tiene las ventajas de la leche y prescinde de sus
inconvenientes.
De
por sí, la leche es indigesta porque tiene cadenas grasas demasiado largas, que
cuestan de digerir.
Por
eso no es aconsejable para niños ni adultos.
Naturalmente
no me refiero a la leche materna, que es imprescindible en el crecimiento del
bebé.
Al
cuajar la leche para hacer el queso, se trocean esas cadenas y se hace más digestiva.
Lo
mismo que ocurre con los yogures.
En función de la cantidad, se puede calificar a mi comida de frugal, pero
en absoluto de pobre o insana.
Tumbado
sobre las colchonetas de la cubierta y con la espalda bien apoyada,
voy cortando con la navaja trozos del queso de cabra curado, (más sano que el
de vaca) y pellizcando el pan para llevármelos a la boca en pequeñas diócesis.
Mientras, disfruto de un entorno de grises difuminados, que parecen un paisaje en blanco
y negro.
A
media comida, aparece un invitado no esperado; una gran medusa, la mayor del
Mediterráneo, que me dice hola, pero se va enseguida.
No
sé qué ofrecerle pues, come plancton que aquí es muy abundante, tanto que esta
medusa es común por la zona.
Siento
no haber podido ofrecerle nada y quedar como un mal anfitrión.
Me
consuelo al pensar que, en realidad la anfitriona es ella y que yo soy, simplemente,
un transeúnte.
Sigue
lloviznando y voy abrigado porque hace frío.
Estoy
muy cómodo, hasta el punto que tentado de ponerme a dormir.
Pero
no lo hago porque sería una imprudencia dormirse en una barca al pairo en medio
de la nada.
Lo
que sí hago es, una vez satisfecho de comida y paisaje, poner manos a la obra para empezar
a navegar hacia el fondo de la gola, ignorando y dejando por babor a San Carlos
de la Rápita.
Me
queda, hasta donde tengo previsto fondear, aproximadamente el mismo trecho que
he recorrido desde Las Casas hasta aquí.
Esta
noche cenaré un plato de cuchara y podré dormir.
Habré
cerrado la quinta etapa (con V de victoria) de este paseo a ninguna
parte.
Cuanto
tenga tiempo y ganas. intentaré enterarme porqué los romanos significaron con la
V al número cinco.
Postdata:
La tontería, del número cinco romano.
La V
que representa al número cinco romano, no es la v de victoria que aquí menciono
en tono retórico.
El número cinco romano viene del número cinco ático, que era
una V invertida.
Los
etruscos copiaron ese signo para su cinco y los romanos lo copiaron de los
etruscos, pero dándole la vuelta.
Es
decir. La pregunta correcta es ¿por qué los romanos invirtieron la V etrusca
para designar su número cinco?
Todavía
no lo sé.
Pero
no me hagas caso, son los sueños de la razón.