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miércoles, 21 de septiembre de 2022

Restos de deriva o arribazón, señales y pistas en las playas del Mediterráneo.

 


Por fin, tras cuarenta años de trabajo, doy por finalizado mi libro sobre restos de arribazón.

Son ciento treinta páginas en las que identifico y explico animales, plantas, pistas y rastros, que puedes encontrarte paseando por una playa mediterránea.

Echaba en falta ese tema tratado de una forma global, por lo que me decidí a abordarlo.

Si pasear por una playa es siempre gratificante, poder identificar lo que en ella te encuentras puede hacer el paseo mucho más amable y especulativo.

Pues lo que te encuentras sobre la arena, que ha dejado el mar, lo más normal es que venga de los fondos próximos a esa playa, con lo que puedes animar lo que ves con la imagen que te haces de lo que no ves porque el agua lo oculta.

También puedes encontrarte restos de mamíferos, peces o aves, de los que puede ser muy difícil identificar su origen.

Empecé a recoger restos de arribazón en los años ochenta y desde entonces dos generaciones me han acompañado en ejercitar las lumbares sobre la arena húmeda.

Al principio recogía materiales, pero cuando la fotografía se hizo fácil y accesible, limité la recogida a ejemplares excepcionales y pequeños, pues las casas son cada vez más pequeñas y la familia más grande. Con los años he conseguido un equilibrio aceptable.

Aunque esa opinión creo que es muy subjetiva.

No he visto otros trabajos similares en Internet, aunque eso no quiere decir que no los haya, simplemente, que no proliferan.

Entre otros motivos porque hay que tener un conocimiento muy amplio para abarcar varios ámbitos, o ponerse de acuerdo varios especialistas, en un trabajo tan humilde, penoso y modesto, como recoger lo que ni la Naturaleza quiere.

He ofrecido el libro a un par de editoriales, pero me temo que puedan pensar erróneamente que el tema no es muy comercial.

Si fuera así buscaría una solución para editarlo.

Por lo pronto hoy celebro que he dado por acabado un libro que por su naturaleza es interminable.

De hecho, en todos los libros que he escrito pondría un capítulo más  por pura patología.

En este no. Cada vez que voy a la playa encuentro algo nuevo relevante.

Pero no puede ser esta una historia interminable.

En unas semanas creo que tendré claro cuál será el próximo paso.

Te pediría tu opinión, pero no me atrevo, pues los lectores de este blog sois muy introvertidos, imagino que en justa correspondencia con la introversión de su autor.

 

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