Páginas

viernes, 3 de febrero de 2023

La ballena de Viator (Almería).

 

Restos fósiles de la ballena de Viator. Primera foto, editada tras su hallazgo. la perspectiva hace ver al fósil como un reposa pies, pero no.


Primeras personas que observaron y fotografiaron el yacimiento; desordenadamente, Asensi jr., Asensi sr., y el afable Chus. Falta Carmen Asensi, que probablemente sea la fotógrafa.

Al cabo de muy poco tiempo de estar en Almería ya, conocía creo que a la práctica totalidad de los coleccionistas de minerales, rocas y fósiles, socialmente activos de la provincia.

Eran un cúmulo de lumbreras.

Por eso lo primero que hice fue aprender todo lo que pude de lo que me enseñaron. Y me enseñaron mucho, porque era gente muy afable y  con conocimientos.

Creo que incluso, algunos de ellos, me dejaría llamarle amigo.

Me acuerdo con afecto de esas personas y las llevo permanentemente en mi corazón.

Uno de esos coleccionistas, me habló de la famosa ballena de Viator y se ofreció a llevarme al lugar donde se encontraba.

La ballena de Viator, era un ejemplar legendario fósil, de la que muchos hablaban y nadie parecía haber visto.

Al contrario del resto de los coleccionistas que conocí, éste era comerciante de minerales y fósiles.

En eso chocamos porque nuestros intereses no eran comunes.

Eso no quiere decir, que nunca hubiera hecho nada para perjudicarle. Simplemente que no coincidíamos.

El hombre sabía infinito de minerales y me brindó sus conocimientos con generosidad y eficiencia, pues era un magnífico didacta.

En definitiva, me llevó donde se encontraba la referida ballena.

El yacimiento ya estaba expoliado y él conocía con detalle los expoliadores y el lugar donde estaban las piezas más valiosas. Me dio datos interesantes al respecto, que he olvidado.

Daría para mucho, explicar cómo accedí a aquel lugar, que era una zona militar, donde se realizaban prácticas de tiro con carros de combate y otro armamento pesado.

Lo resumiré en que tenía buena relación con el jefe militar de la zona y me autorizó a visitarla bajo mi responsabilidad.

También me puso los límites razonables, que eran de esperar de una autoridad.

Ese jefe era una persona culta, afable y muy responsable con el patrimonio que allí había.

Aunque circula en ambientes cutres, el tópico de que el militar es paleto y bruto, lo cierto es que los altos mandos que he conocido son especialmente cultos y muy sensibles a las expresiones culturales.

Hasta tal punto es así, que le saqué el compromiso de que mantendría la zona bajo una atención especial, para evitar que continuará el expolio que se había realizado a sus espaldas.

No doy detalles, pero me consta de que cumplió su compromiso, lo que es normal en el mundo militar.

En otro lugar del blog ya explico que pasé las señas del emplazamiento de la ballena al mundo científico, concretamente a gente de la universidad de Valencia.

Es lo que tenía que hacer por compromiso ciudadano, pero reconozco que cumplir con mi obligación produjo efectos indeseados, pues el mundo de la ciencia en España, es muy parecido al mundo de la política en cuanto a valores, con contadas y honrosas excepciones.

Adjunto una carta de la autoridad militar de la zona, que he restringido en lo que me ha parecido prudente, no porque haya secreto o misterio, sino por el más elemental sentido de la sensibilidad hacia terceros.

Si buscas honor y compromiso, has de dirigirte a la milicia. Y si buscas caridad y compromiso, has de dirigirte a la religión.

Aunque mi experiencia me dice, que lo prudente es no fiarte ni de la madre que te parió... bueno de la madre sí, pero es una excepción.

Cuando dejamos el lugar de la ballena, lo cubrimos con un plástico y lo disimulamos con tierra por encima, para preservarlo de curiosos.

¡sí, de acuerdo!, en la foto parece que pisamos el fósil, pero es el efecto de la perspectiva, fue una pisada cuidadosa y medida.

Como siempre hago, dejé el lugar mejor de cómo lo encontré.

  

Postdata. Si buscas en internet ballena de Viator, probablemente te encontrarás con unas fotos sin firma que probablemente las haya subido gente de la Universidad de Valencia. O quizás Perico de los Palotes.

Posposdata. Siguiendo el consejo que te he dado, he buscado en internet y me he sorprendido muy gratamente, al encontrar nuevos resultados que no estaban cuando entré con el mismo tema hace un tiempo.

Sigue pendiente un contacto informándome, por cortesía, del resultado de la investigación.

Hasta aquí he hablado del fondo de la cuestión, pero no de lo más apasionante es la forma: ¿Cómo llegué a encontrar el lugar. ¿Cómo lo exploré y cuáles fueron los resultados de esa exploración?

Pero es esa una historia demasiado apasionante y extensa como para malograrla relatándola precipitadamente.

Otro día con mejor humor y más tiempo, quizás me ponga en ello.






No hay comentarios:

Publicar un comentario