Les Cases. Muelle de hormigón. |
José María nos ha dejado. Ha bajado a las catacumbas.
No sé si allí tendrá Wi-Fi, pero no necesito de la tecnología para estar con él:
¡Hola soy Pepe, su otro yo! Me ha dejado la barca en el puerto de las casas de Alcanar, para que tenga un techo.
Ya me he instalado en mi nueva casa.
Preferiría un velero, pero a caballo regalado no le mires el dentado. Y además el motor me da más maniobrabilidad, operatividad y menos trabajo, lo que va a son de mi tiempo.
Cierto que la gasolina supone un coste adicional, pero es el chocolate del loro para mi plan de navegación, que es más sedentario que activo.
El coste del amarre es inevitable, pero me lo tomo como un alquiler modoso.
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