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domingo, 26 de febrero de 2023

Navegando hacia el Delta del Ebro. V. Medusa.

 

Aguamala, (Rhizostoma pulmo).

Pan y queso.

Puede parecer una comida frugal y efectivamente si es poco pan y poco queso, lo es.

Pero si es mucho pan y mucho queso, puede llegar a causarnos indigestión.

Por lo que pasaremos de si es una comida frugal o no y lo dejaremos en que es una comida muy nutritiva.

El pan es fundamental en la dieta mediterránea.

Ha sido denostado por los países del Norte de Europa, esos bárbaros venidos a más, por considerarlo comida de pobres.

Han necesitado dos mil años para enterarse de sus beneficios y hoy forma parte de su dieta. ¡Menudos zoquetes!

Y el queso es leche cuajada, que tiene las ventajas de la leche y prescinde de sus inconvenientes.

De por sí, la leche es indigesta porque tiene cadenas grasas demasiado largas, que cuestan de digerir.

Por eso no es aconsejable para niños ni adultos.

Naturalmente no me refiero a la leche materna, que es imprescindible en el crecimiento del bebé.

Al cuajar la leche para hacer el queso, se trocean esas cadenas y se hace más digestiva.

Lo mismo que ocurre con los yogures.

En función de la cantidad, se puede calificar a mi comida de frugal, pero en absoluto de pobre o insana.

Tumbado sobre las colchonetas de la cubierta y con la espalda bien apoyada, voy cortando con la navaja trozos del queso de cabra curado, (más sano que el de vaca) y pellizcando el pan para llevármelos a la boca en pequeñas diócesis.

Mientras, disfruto de un entorno de grises difuminados, que parecen un paisaje en blanco y negro.

A media comida, aparece un invitado no esperado; una gran medusa, la mayor del Mediterráneo, que me dice hola, pero se va enseguida.

No sé qué ofrecerle pues, come plancton que aquí es muy abundante, tanto que esta medusa es común por la zona.

Siento no haber podido ofrecerle nada y quedar como un mal anfitrión.

Me consuelo al pensar que, en realidad la anfitriona es ella y que yo soy, simplemente, un transeúnte.

Sigue lloviznando y voy abrigado porque hace frío.

Estoy muy cómodo, hasta el punto que tentado de ponerme a dormir.

Pero no lo hago porque sería una imprudencia dormirse en una barca al pairo en medio de la nada.

Lo que sí hago es, una vez satisfecho de comida y paisaje, poner manos a la obra para empezar a navegar hacia el fondo de la gola, ignorando y dejando por babor a San Carlos de la Rápita.

Me queda, hasta donde tengo previsto fondear, aproximadamente el mismo trecho que he recorrido desde Las Casas hasta aquí.

Esta noche cenaré un plato de cuchara y podré dormir.

Habré cerrado la quinta etapa (con V de victoria) de este paseo a ninguna parte.

Cuanto tenga tiempo y ganas. intentaré enterarme porqué los romanos significaron con la V al número cinco.

 Postdata: La tontería, del número cinco romano.

La V que representa al número cinco romano, no es la v de victoria que aquí menciono en tono retórico.

El número cinco romano viene del número cinco ático, que era una V invertida.

Los etruscos copiaron ese signo para su cinco y los romanos lo copiaron de los etruscos, pero dándole la vuelta.

Es decir. La pregunta correcta es ¿por qué los romanos invirtieron la V etrusca para designar su número cinco?

Todavía no lo sé.

Pero no me hagas caso, son los sueños de la razón.

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