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miércoles, 15 de julio de 2020

Escuela Taller: Ruta de las Alpujarras en Terque (Almería). II.

Botella con mensaje para mis alumnos de la Escuela Taller Ruta de las Alpujarras, de  Terque (Almería).
La bella y carismática población de Terque (Almería), sede de la Escuela Taller Ruta de las Alpujarras.


Ya he hablado de mi trabajo como director de la Escuela Taller “Ruta de las Alpujarras” en Terque (Almería).

Entré en ello en el blog por tres motivos, uno y principal porque es parte de las notas autobiográficas que quiero integrar en este documento digital, que a la vista de la situación en el mundo, va a durar menos que el tren en Campanillas.

Segundo, porque me ocupaba de módulos de trabajos forestales y de jardinería, que sí forman parte del mundo de la naturaleza.

Y tres, porque me dejé algo pendiente que las circunstancias hicieron imposible; despedirme de mis alumnos.

Entra en la categoría de lo improbable que ninguno de los alumnos a los que contribuí modestamente en su formación lea esto, pero no me importa lanzar una botella al océano con un mensaje dentro. En este caso no un mensaje socorro, sino de despedida y afecto entrañable.
A pesar de su juventud y aparente bisoñez, los alumnos de la Escuela Taller Ruta de las Alpujarras no jugaban a hacer casitas, sino que trabajaban en proyectos de envergadura. Terque. (Almería).

Alumnos del módulo de albañilería, de la Escuela Taller Ruta de las Alpujarras de Terque (Almería),  durante el descanso para almorzar.

Alumnos del módulo de Albañilería de la Escuela Taller Ruta de las Alpujarras. Terque. (Almería).

Otro de los proyectos del módulo de albañilería de la Escuela Taller Ruta de las Alpujarras. (Terque. Almería).



En la Escuela Taller Ruta de las Alpujarras no sólo había un taller de actividades forestales, sino además uno de albañilería y otro de electricidad y lampistería.

A los alumnos de actividades forestales y de jardinería les intenté dar algunas nociones sobre como montar su propia empresa en forma de cooperativa, pues eran muy buenos trabajadores y podían ejercer en jardines de “chalets” de gente que los tenía como residencia de verano y al ser el lugar una zona árida, los jardines sufrían mucho la inclencia del tiempo.


Al ser nativos, estos jóvenes conocían a la gente y eran conocidos. Sólo necesitaban un teléfono de contacto y que el boca a boca les hiciera la publicidad.

Todos los cursos se desarrollaron con excelencia, se cubrieron todos los objetivos docentes y aún  sobró mucho dinero, lo que motivó el que los políticos irresponsables del Taller Escuela me sugirieran un “reparto” de ese excedente y, al negarme, me despidieran. Creo que ya lo cuento en la otra entrada.

No quiero volver a ella por lo que quizás me repito, pero el asunto fue a juicio, lo gané y no tuvieron más remedio que readmitirme, pero yo ya estaba en Barcelona y no me pareció oportuno regresar pues me enfrentaba con una mafia política peligrosa.

En definitiva. No me pude despedir de mis alumnos.

Lo hago ahora desde aquí.

Eran unos jóvenes excelentes y ávidos de aprender y trabajar, en manos de unos facinerosos. Pero a pesar de ello su moral les hizo aprender un oficio. Les deseo lo mejor. Pienso en ellos a menudo y me gustaría haberme podido despedir con un abrazo.

Pero está visto que voy por la vida de guerrillero, pues no pude despedirme de mis padres ni de mi primera esposa. Cada uno en su lugar. Creo afectos intensos que luego se van, de repente, sin más.

A los jóvenes de Terque les cogí mucho afecto por su nobleza y espíritu de trabajo. Conservo sus datos, pero hace ya mucho tiempo, tendrán sus vidas organizadas y no sé si recordar el pasado les podría incordiar.

Cuando me dio la dirección del Taller, el INEM me advirtió que era "el peor" de los de Almería.

A los seis meses era el referente de gestión y aprovechamiento de los Talleres Escuela de la Provincia). Esa era la madera de mis alumnos.


Cementerio de Terque, una de las actuaciones de de la Escuela Taller Ruta de las Alpujarras. Alcalde, que eras entonces, me dejaste una impresión de bondad y afecto que no olvidaré. Las personas esencialmente buenas, no podéis dejar de serlo.

El bonito cementerio del bello pueblo de Terque, sede de la Escuela Taller Ruta de las Alpujarras.

Quizás otro día vuelva sobre esto. Pero hoy ya me sobrepasa.

Si quieres consultar la primera entrada sobre Terque, pulsa aquí.




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