Ejemplar naturalizado (disecado) de la estrella espinosa Acanthaster. |
Hace
unos días me encontré en el archivo fotográfico con la fotografía de una
estrella de mar “corona de espinas” (sin duda alusión bíblica) o “cojín de
suegra” (como la llaman con mala intención, los nativos en su Australia
original), (Acanthaster para los estudiosos).
Es
la imagen de un ejemplar que tenía en mi colección desde hace más de cuarenta
años y que ha estado expuesto en Almería, Granada, Barcelona y que ahora puede verse
en la Sala Cardenal Carles del Museo Geológico del Seminario de
Barcelona.
No
recuerdo dónde la compré, pero se puede ver en las tiendas de regalos de las
localidades veraniegas de playa. Es una comedora de corales y verdadera plaga
del Arrecife de coral australiano.
Estrella "corona de espinas" viva, en su ambiente natural. (Foto: Discovery). |
Aspecto desolado de un fondo coralino, tras el paso de la Acanthaster. (Foto: Discovery). |
Ni
la foto del inicio del ejemplar naturalizado, ni el animal en sí, son nada del otro mundo pero las traigo aquí por dos
motivos; el primero para mostrarte la diferencia entre un animal naturalizado y el mismo
u otro semejante vivo; nada tienen que
ver.
Por
eso hoy, que la fotografía es tan accesible, no vale la pena capturar animales
para guardarlos.
Si quieres otra muestra gáfica de esta observación, puedes pulsar aquí.
El primer motivo creo que está más que justificado, pues con los ejemplos que muestro resulta obvio.
El segundo motivo es más complejo y precisa relato.
Como
he indicado "cojín de suegra", (Acanthaster planci) es una verdadera plaga del coral en Australia. No voy a entrar en
profundidades, pero no siempre ha sido
así. Esta estrella tenía un depredador
natural que era el vistoso “tritón” (Charonia tritonis), caracol
grande y vistoso de la familia de los Cimátidos, a la que pertenecen algunas de las conchas más grandes, con muchos usos prácticos para los nativos (cantimplora,
trompeta para comunicarse y para usos rituales,…) y por su tamaño y belleza era
exportado a todo el mundo. Me atrevería a decir que no había hogar acomodado
sin su tritón sobre el piano o la radio.
Con
tanta demanda se acabó con el único depredador natural del “cojín de suegra”, lo que permitió el desarrollo descontrolado de esa estrella de mar y,
en consecuencia, el excesivo peso predatorio sobre los corales duros, su fuente
de alimento.
Los nativos australianos ya no utilizan la Charonia para
sus cuestiones, entre otras cosas porque esos nativos se cuentan hoy con los
dedos de una mano.
Y la
clase media occidental ya no la utiliza de ornato, pues esa clase media está también en extinción y ha cambiado sus gustos.
Con lo que nos queda un drama en el que un protagonista
ha desaparecido por la estulticia de la sociedad, otro protagonista es una
plaga y un tercero, que pasaba por allí,
los corales tiene menos futuro que una golosina a la puerta de un colegio.
Charonia nodifera es uno de los pocos predadores naturales de los erizos de mar.
Al desaparecer por su pesca excesiva, ocurrió en el Mediterráneo con los erizos, lo que en Australia con las estrellas espinosas, que pasaron a ser plaga. Hasta hoy.
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