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jueves, 16 de julio de 2020

Probablemente un escarabajo de las hojas.

Probablemente un escarabajo de las hojas (crisomélido).(Badalona).

Ayer, un paseo por el puerto de Badalona me deparó una agradable sorpresa; me tropecé con un insecto que no había visto nunca y que me pareció de la familia de los Coccinélidos (Mariquitas). Hay más de seis mil especies de mariquitas, las más comunes son las rojas con puntitos negros que todos hemos visto alguna vez, pero entre tantas especies las hay de mil colores.

Fotografié al insecto, pero estaba posado en un pasamanos de acero inoxidable, con lo que la necesidad de usar el flash dada la escasa luz y lo incomodo de la postura, hizo que los reflejos malograran la imagen. Gracias al invento de las cámaras digitales pude hacer varias fotografías y algo he aprovechado.

Quizás un escarabajo de las hojas (familia Crisomélidos. Los circulitos que le rodean son excrementos). (Badalona).

Cuando llegué a casa me puse a ver las imágenes de la cámara con detenimiento y algo me chocó, llegando a la conclusión de que quizás no era un coccinélido sino un escarabajo de las hojas (familia de los Crisomélidos, también una familia de coleópteros, (escarabajos), que cuenta ¡treinta y cinco mil especies!, y que suelen confundirse con los Coccinélidos. A la vista de tanta concurrencia desisto, por ahora, de determinar ni tan siquiera el género del protagonista, quedándome con que es un escarabajo de las hojas.

Por cierto leerás que en los primeros estadios de su vida es polífago, lo que no quiere decir que coma de todo (omnívoro), sino que come en abundancia, en este caso hojas, lo que hace que algunas especies se consideren plaga. No creo que sea el caso. Aquí sólo es una bella pincelada, que dejé tranquila pues las heces que le rodeaban indicaban que se había pasado por lo menos la mañana allí (estos escarabajos son amigos del sol, como los nórdicos).

Me dirás, ¿Qué hace ese bicho en el puerto de Badalona.

En estos últimos años he visto verdaderas rarezas en ese puerto. Al principio provenían de los terrenos yermos del otro lado de la vía, que hoy están sobre urbanizados.

Pero hoy quedan los terrenos de protección de la vía del tren  que están llenos de vegetación silvestre. En otros países civilizados se mantienen esos eriales limpios de basura para evitar ratas y otros bichos nocivos, pero no se toca la vegetación para mantener la biodiversidad de animales como las arañas, a las que debemos nuestra existencia por la ingente cantidad de insectos que devoran.

No me atrevo a abogar por esa política porque es un entorno muy humanizado y habría que estudiarlo. Pero echaré de menos esos encuentros circunstanciales, si llega el caso.

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