Páginas

jueves, 24 de junio de 2021

Seguir la senda adecuada.

 

Senda urbana, que es, aquí, un atajo.

En otra entrada hablé de una simple piedra.

Quizá te pareciera poco tema sobre el que tratar.

Pero dio para unas pocas palabras interesantes, creo.

Hoy voy a hablar de algo que quizás es menos que una piedra; una senda, sendero o camino.

Siendo lo mismo son tres categorías y yo voy a tratar de la más modesta, la senda.

Hace días Angélica me trajo la fotografía de una senda magnífica creada por el paso continuo de hormigas en su deambular cotidiano en busca de condumio.

Senda de hormigas. (Foto: Angélica Regidor.)

Me impresionó la senda, por lo que significaba, en cuanto al trabajo que pueden hacer miles de patitas en una labor constante.

A los pocos días me tropecé con otra senda que atravesaba una parcela, en un atajo creado por el hombre.

¡Qué distintas y que iguales ambas sendas!

Animales distintos, por motivos distintos, crean paisajes iguales.

Hay un concepto en las Ciencias Naturales que nos lleva algo parecido.

Es lo que llamamos evolución convergente, concepto muy interesante aunque no seamos evolucionistas.

Todo habría quedado en eso, si no hubiera recordado por motivos que no vienen al caso el Salmo 23, que habla de sendas.

Este Salmo lo cantaba el rey David y hace referencia a la confianza que tenía en el Señor, de que le conduciría por sendas siempre seguras.

No voy a ir por ese camino, pero si me voy a referir a la esperanza que nos despierta encontrarnos con una senda en medio del bosque o de la nada, cuando estamos perdidos.

Normalmente la senda nos indica tráfico humano, por lo que la senda debe de llevar a algún sitio.

Siempre que he estado perdido he seguido la primera senda clara que me he encontrado, a veces sin demasiada confianza, pero normalmente a medida que la seguía se iba aclarando y confirmando.

En nuestro caso las dos sendas tienen una dirección y dos sentidos. En la primera, uno nos lleva al hogar, al hormiguero.

Si lo tomamos en el otro sentido llegaremos a un espacio rico en provisiones.

La otra senda nos lleva de una carretera a una calle; cualquiera de los dos sentidos nos lleva a lugar conocido.

Eso es lo bueno de las sendas, que nos indican el camino.

Lo malo es su precariedad.

Una lluvia intensa acabará con la senda de las hormigas.

Un concejal goloso acabará con la senda humana y con la parcela silvestre que atraviesa.


Si quieres ver la entrada de la piedra, pulsa aquí.


Te he subido un pequeño video sobre senderos y caminos a YouTube.

Es muy cortito y está filmado por Angélica Regidor, en la Sierra litoral.

Espero que te distraiga.

Puedes verlo, pulsando aquí.


No hay comentarios:

Publicar un comentario