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martes, 15 de junio de 2021

El puerto de Badalona y Bertolt Brecht. Va de barcos y de libertad,

 

La maltrecha hucha para la barca.

Voy a dedicar esta entrada a desmitificar un poco el asunto de tener un barco.

¡Tengo un barco!

Dicho así suena a mucho.

Pero si decimos: Tengo una barca, suena a menos.

Y no es ésta una percepción de pocos.

España ha sido siempre una tierra de machotes. 

Hoy la propaganda institucional (quizás mirando más a la comisión que deja la empresa de publicidad, que a los resultados), lo quiere combatir.

La estrategia política cuida las formas.  Menos, el fondo.

A pesar de todo, España sigue siendo tierra de machotes.

Te preguntarás. ¿A qué viene esto en este Blog?

Viene a que aquí hablo de barcos y estoy a la que salta.

Esto es sólo el inicio de la entrada.

Me repito. Tener una barca es menos que tener un barco.

Y tener un barco es menos que tener un yate.

Nada de esto es objetivo, al contrario todo es muy subjetivo.

Doy tanto rodeo porque para cazar a este bicho hay que entrarle con rodeos, no sirve irle de cara, porque sale corriendo y corre más que tú.

Desde siempre y hasta hoy, en España tener un barco ha sido más signo social que una vocación náutica.

Recuerdo de cuando consultaba estadísticas, que España, a pesar de ser el país de Europa con más línea de costa, era el que tenía menos barcos por habitante.

Entonces había poco dinero y una Administración férrea.

Durante muchos años, muchos aficionados a la mar hemos luchado por erradicar el estigma de rico al que tiene barco.

Y lo íbamos consiguiendo, pues cada vez éramos más los que teníamos barco.

Unos pocos millonarios tenían yate, pero cada vez un mayor número de ciudadanos de clase media podíamos tener un barquito.

Pero la sombra del poder es alargada.

En el tiempo contemporáneo, a medida de que nos igualamos a Europa, algunos cegatos identifican como democráticos a poderes que no paran de poner palos en las ruedas, a una sociedad que intenta quitar las barreras que separaban a los ricos de una amplia clase media a la que todos deberían poder acceder.

 ¿Cómo es posible que un pensionista o un trabajador no cualificado tengan barco?

¡No! el barco debe ser patrimonio de la clase alta.

¡Y si los parias pueden acceder a él porque los procesos de producción han abaratado mucho su coste, nosotros la Administración,  ya nos encargaremos de que todo vuelva a su cauce!

Así llevamos años en  los que las trabas para tener un barco, son tan grandes, que muchos optan por comprarse el barco en España, pero le ponen bandera extranjera, de un país realmente democrático, donde no se persigue a aquellos de abajo que quieren tener los mismos privilegios que los de arriba.

Esto es vergonzoso y sería humillante para una clase política digna, pero no es el caso.

Lo que hoy cuento tiene mucho parecido con el poema atribuido a Bertolt Brecht y por mí vinieron...

Normalmente los puertos deportivos dejaban que los armadores, es decir los propietarios de los barcos, estuvieran en la maniobra de sacada al varadero de su embarcación, para los trabajos que precisara.

En el puerto de Badalona le dejaban que estuviera presente en esa maniobra pero, a diferencia de otros muchos puertos deportivos, no dejaban que el propietario trabajara en su propio barco estando ya varado.

Como siempre, la Administración utilizó el argumento más elemental de la seguridad para prohibir al propietario que pisara el varadero.

Hay muchos propietarios que quieren hacer ellos, personalmente, algunos de los trabajos de mantenimiento de su barco.

La forma de permitir eso sería que cada propietario firmara un documento asumiendo la responsabilidad de su estancia en el varadero, como hacemos cada vez que vamos al médico y nos tiene que intervenir de alguna manera.

Pero no. La estrategia es distanciar al propietario de su barco y dejarlo todo en manos del comercial.

¿Podrá luego el propietario reclamar a la Administración portuaria, una reparación defectuosa?

¿Podrá el profesional ampararse en que no ha podido preguntar al propietario ausente, una consulta urgente?

¿Tendrán que resolver en los juzgados, cosas que siempre se han tratado junto al barco?

Pero en el puerto de Badalona han dado un paso más.

Ya no permiten, ni tan siquiera, ¡que el propietario del barco gestione las fechas de varada de su embarcación desde las oficinas!

Han roto definitivamente cualquier relación entre el propietario y su barco.

Quieren destruir el ya maltrecho espíritu del navegante.

Ya todo queda entre la Administración y el profesional. Como en la Rusia soviética pero en pequeñito, a la señorita Pepis.

La Administración nos dice, qué es lo más seguro, qué marca de aparatos debemos llevar, qué elementos de seguridad debemos llevar, cada cuánto se deben revisar esos elementos, ¡a veces poniendo plazos muy inferiores a los que recomienda el propio fabricante...!

Por eso la gente huye de esta sombra alargada de la España oscura, buscando pabellones de países en los que la democracia es una forma de vida, no un eslogan electoral.

El puerto de Badalona creo que está gestionado, si no mayoritariamente, si en una parte importante por el Ayuntamiento de Badalona, actualmente en manos del Partido Popular.

¿Habrá alguna trama económica tras esas decisiones?

Me fastidia decir esto porque cada vez debo tener más amigos...

No me leen los de izquierda, ni los católicos, ni los políticos, ni los terratenientes,...

Y ahora me alejo a la derecha.

El otro día me encontré con un viejo amigo que llevaba un libro mío; lo he comprado, me dijo. ¡Ah!, ¿Fuiste tú?, le contesté.

Pronto me encontraré a quien me diga; he entrado en tu Blog y no tendré más remedio que decirle; ¡ah!, ¿has sido tú?

Si estuviéramos en la edad media me acogería a sagrado.

Pero como todavía no hemos llegado, no me queda más que pedir a los amigos de ANAVRE, a ver si consiguen retocar un poco todo este disparate para que la Administración nos deje ver el culo de nuestro barco.

No quiero acabar sin un mensaje que desarrollaré otro día, si tengo ocasión.

Hoy, tener un velero familiar para salidas diurnas, cuesta menos en adquisición y mantenimiento, que un coche de gama media.

Ahora bien, cualquiera puede tener un coche, pero sólo los espíritus inquietos, desean un barco.

No es un problema de dinero, es un asunto de actitud.


Aquí te coloco, el poema mal atribuido a Bertolt Brecht y por mí vinieron...

“Cuando los nazis vinieron a buscar a los comunistas,

guardé silencio,

porque yo no era comunista,

Cuando encarcelaron a los socialdemócratas,

guardé silencio,

porque yo no era socialdemócrata

Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas,

no protesté,

porque yo no era sindicalista,

Cuando vinieron a buscar a los judíos,

no pronuncié palabra,

porque yo no era judío,

Cuando finalmente vinieron a buscarme a mi,

no había nadie más que pudiera protestar.”


He dejado la poesía para el final para no asustarte, querido lector.

Al margen de los dramáticos protagonistas del poema, has de fijarte en la esencia del mensaje.

Si no ponemos freno a los primeros coletazos del totalitarismo, llega un momento en que el problema es tan grande que ya no tiene solución.

Eso pasa siempre en todo. Incluido en los abusos de la Administración en temas como el que hoy nos ocupa.

Puede parecer trivial en la forma pero es demoledor en el fondo.



4 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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    1. No soy consciente de haber eliminado nada. Sí estuve un poco liado con respuestas y quizás tecleé algo inadecuado.
      Si es así, te ruego me envíes el comentario de nuevo y me perdones el mal trago de que te eliminen algo, así sin más.

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  2. Las comparaciones son odiosas. Hace unos años me leí el libro "Navegando en solitario alrededor del mundo", de Joshua Slocum. Este hombre fue el primero en circunnavegar el globo en solitario, entre 1895 y 1898. El viaje lo hizo a bordo de un balandro de 11,20m que reconstruyó, también él solito, con sus propias manos.

    Esto sucedió hace unos 125 años. Hoy sería impensable.

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    1. Perdona por no contestara antes, no había visto el comentario. Soy un desastre.
      Hoy se da la autoconstrucción, menos en España.
      Si consultas el foro La Taberna del Puerto, disfrutarás leyendo sobre ello. Hay un subforo específico.
      Pero también es cierto que las trabas legales son grandes. Procuraré dedicar una entrada en el Blog, al fondo de este asunto.

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