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martes, 29 de junio de 2021

No seas animal: Lo cortés, no quita lo valiente.

 

Torre de telecomunicaciones, presuntamente cancerígena,  del Banco de Santander, en el centro de Badalona.

Baltasar Gracián decía, que no están presentes los que no se hablan ni ausentes los que por escrito se comunican.

Cito de memoria, perdóname si la cita no es exacta.

Eso lo escribía hace quinientos años.

No sé si se podría decir lo mismo hoy, con la tecnología de los whatsapps, correos electrónicos y teléfonos.

Porque toda esa tecnología está tan extendida y vulgarizada, que la gente la utiliza sin ser consciente de lo que está haciendo.

por eso, aunque esté comunicándose, en realidad no está presente, en  el sentido social del término.

Es decir, veo que cuando te comunicas por whatsapp, correo electrónico o por teléfono, muchas veces estás, pero es como si no estuvieras.

Hace poco entré de refilón en el mundo del whatsapp: Un tonto me dijo que era un anticuado porque no tenía whatsapp.

Le hice caso y aprovechando que Telefónica inutilizó mi Nokia, me pasé a ese nuevo modo de comunicarme. Provisionalmente.

Recibo pocos whatsapps y emito menos.

Pero siempre que recibo uno, aunque su contenido no me interese lo más mínimo, contesto agradeciendo el envío y deseando un buen día al remitente.

Eso es cordialidad, de uso habitual entre seres humanos civilizados.

A veces, cuando recibo algún enlace, que al que me lo envía le parece que me va a interesar mucho y no me interesa un pimiento, le contesto agradeciéndole el envío y remitiendo le a su vez otro enlace, en lo que entiendo es justa correspondencia.

Nunca he recibido las gracias por ninguno de los enlaces que he enviado ni, desde luego,  nunca me han deseado que pase un buen día.

A través de Facebook recibo cientos de notificaciones o solicitudes o como se llame, que no puedo contestar porque me sobrepasan, pero ya pedí excusas en este Blog y di los motivos de mi silencio.

Ceo que hasta la comunicación más simple, ha de estar arropada por un toque cordial.

No se trata de deshacerse en lisonjas ni de sobrepasarse en agradecimientos sino, simplemente, de dar un tono personal y afectuoso a la relación escrita.

Leo que hoy, novios rompen por watsapp y veo qué hijos se sienten cumplidos con un mensaje por whatsapp del estilo; ¡hola mamá!, con el emoticono de una cara sonriente.
Eso no es comunicarse, es una forma mezquina de cubrir el expediente y relacionarte con alguien a quien no quieres, pero sabes qué deberías querer.


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