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viernes, 11 de junio de 2021

Salón Náutico de Barcelona. 2013. ¿Colas o rabos?


Salón Náutico de Barcelona. 2013.

Hoy me he despertado muy soviético y éste es el segundo escrito del día.

Me parece que me voy a arrepentir de lo que escriba, como ya me he arrepentido del anterior.

Pero si un escritor no escribe lo que le inspira, o se autocensura, ¿Qué escritor es ése?

Pues un escritor de éxito.

Pero como no es el éxito lo que me anima, sigo.

Conocía muy bien el Salón Náutico de Barcelona, porque lo visité durante más de treinta años.

No porque tuviera pretensión de comprar ningún barco, lo que estaba entonces fuera del alcance de mi bolsillo, sino por la estética romántica que me inspiraban los barcos.

Está visita anual durante tanto tiempo, me  permitió seguir de cerca la decadencia de este Salón, en manos sucesivas de gobiernos socialistas municipales en Barcelona.

No soy un conservador. Ni tan sólo podría decir que soy de centro y desde luego, no de derechas.

Ningún gobierno de izquierdas se atrevería poner en marcha las políticas sociales que defiendo.

Desde esa distancia, puedo afirmar lo que evidencia este vídeo: que la más absoluta incompetencia y los gobiernos de izquierda, van entrañablemente unidos de la mano.

Éste corto vídeo no tiene intención didáctica ni pedagógica.

Es sólo un recordatorio de un nuevo fracaso institucional en organizar la cosa pública.

La Administración pública barcelonesa, puso todos sus esfuerzos en crear un evento perfecto, el Salón Náutico 2013.

Desde luego no fue perfecto.

Pero deberíamos ocupar mucho espacio para valorar y cotejar sus pros y contras.

Como no estaba dispuesto a dedicar tanto esfuerzo a una misión tan inútil, me conformé con documentar una de sus colas.

Porque lo que sin duda sí fue un éxito, es que tanto esfuerzo organizativo consiguió crear unas colas de entrada al Salón, que probablemente fueron las más logradas en su historia.

Hay muy poca materia gris el cerebro del político.

Por eso el precio de cerebro de político, es más caro qué el de científico o matemático; porque se necesitan muchos políticos para conseguir un gramo de cerebro.

Este vídeo me lo recuerda.

Me descubro, sinceramente, ante las excepciones.

Lo consiguieron. Visitar hoy el Salón Náutico Barcelona es una torpe manera de perder el día.




Si un meteorito no destruye los servidores, que guardan toda esta documentación en Siberia o en el desierto de Atacama, dejo esto para la posteridad.

Lo que los políticos llaman la gente son eso, esclavos constructores de pirámides que no diseñan, ni entienden. Solo arriman piedras. 

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