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sábado, 3 de abril de 2021

Las alas de los insectos.

 

Libélula (Aeshna sp.) y sus alas.

Entré en la tienda a comprar fruta y me ofrecieron unos guantes de un plástico fino y transparente para que me los pusiera y no manoseara la fruta con las manos desnudas. Era una medida complementaria al uso del gel. Quizás fuera excesiva, pero como dice el chiste, vale más que zoszobre, que no que zosfarte. Lo siento, no lo he podido evitar.

Por la apariencia del tejido me vino a la mente su semejanza con las alas de los insectos.

Tanto se parecía que al llegar a casa recorté con unas tijeras un trozo de él a escala de lo que podría ser el ala de una libélula, por ejemplo.

Enseguida me di cuenta de que si bien el aspecto era muy semejante, el trocito recortado no podía servir a ningún insecto para volar, pues carecía de consistencia alguna.

Como al recortar el trozo del guante me había quedado una pieza doble, se me ocurrió pegar las dos láminas y vi que, efectivamente, el elemento resultante ganaba en consistencia.

Pero aún no tenía suficiente rigidez como para parecerse ni de lejos a la del ala de un insecto. Sí se parecía en el aspecto, pero no tenía consistencia como para batirla y más con la precisión y frecuencia de las libélulas.

Detalle de las alas, probablemente de un caballito del diablo. (foto: libre en Internet).

Como tenía tiempo y guante, recorté otra pieza como la anterior, que también quedó doble. Pero esta vez, antes de pegarlas puse entre ellas una pequeña malla que confeccioné con hilillos de cobre que saqué de un cable eléctrico.

Esta vez el resultado fue magnífico pues mi maqueta de ala tenía ya una consistencia digna y un aspecto más parecido.

Tras este preámbulo puedo entrar con más probabilidades de hacerme entender, a hablar de las alas de los insectos.

Las alas de los insectos están formadas por dos placas, que son extensiones del tegumento, soldadas en el plano horizontal. Entre estas dos placas hay nerviaciones longitudinales y transversales. Algunas llevan sangre y conexiones nerviosas y otras son simplemente refuerzos quitinosos.

El que las alas estén formadas por dos placas unidas hace que sean mucho más resistentes sin añadirles peso. Actualmente, se utiliza la técnica del laminado (que es esencialmente pegar planchas para obtener mayor resistencia, sin añadir más peso que el del pegamento) en la construcción de barcos y aviones.

Las nerviaciones son pues un refuerzo que mantiene la forma y la tensión de las membranas, al igual que los refuerzos de las velas actuales de alta competición.

Las nerviaciones de las alas de los insectos están huecas, de manera que pesan menos que si fueran macizas y tienen mayor resistencia, además de cumplir una función complementaria, que es la de permitir el paso de fluido y elementos nerviosos.

Si en mi maqueta hubiera conseguido tubitos de igual grosor que los hilillos que utilicé, hubiera obtenido unas alas más rígidas y menos pesadas.

Estas propiedades de los materiales y de sus formas las explicaba muy bien un libro académico de Física que conservé hasta que me lo perdieron. En Internet no he encontrado explicación tan didáctica, pero puedes intentar aclararte buscando  momentos de inercia.

En esto como en muchas otras cosas, el hombre ha copiado de la Naturaleza mecanismos para realizar avances en la más alta tecnología. El dibujo que hacen las nerviaciones de las alas de los insectos es característico. Es decir, puede ser un elemento determinante en la clasificación del animal.

Libélula. (foto: Libre en  Internet).


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