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jueves, 15 de abril de 2021

Es Vedrá (Ibiza). Un islote, para algunos mágico, en el recuerdo.

 

Es Vedrá, por la amura de babor del barco escuela CRIS 1.

Es Vedrá es una roca que según desde dónde se mire no llama la atención pero que tiene una perspectiva en la que se ve como una gran roca hendida en su mitad, formando un pasillo con dos acantilados que se miran dejando en el centro un pasillo de mar.

Es como si un cuchillo hubiera cortado la roca dejando dos tajos limpios que tienen unos 300 metros fuera del agua y que se hunden unos 100 metros hasta el fondo.

Mi recuerdo es con el Cris 1 en un día soleado sin una nube en el cielo y el mar como una balsa de aceite.

Entré con el barco en la grieta y como no podía fondear lo dejé al pairo para disfrutar del paisaje y aprovecha para bucear.

Nos turnamos en las inversiones para que siempre quedará tripulación suficiente a bordo por si había un improbable cambio brusco de tiempo.

Recuerdo un agua clarísima con visibilidad casi hasta el fondo.

Bajo el agua. dos paredes de roca completamente forradas de gorgonias, corales y gran cantidad y variedad de vida se perdían en el azul oscuro de la profundidad.

Fue un día magnífico en el que el silencio y la paz me dejaron una huella que dura hasta hoy.

El único problema de volver es correr el riesgo de romper la imagen idílica qué tengo de la escena del Cris 1 flotando en un brazo de mar flanqueado por dos paredes verticales y lisas. Una escena propia de una película de barcos pirata en la que la estética primara sobre el argumento.


Inmersión en Es Vedrá.

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