Cada uno celebra la Cuaresma a su modo. Es ese un tiempo de austeridad, caridad y oración. Algo tendrán esas virtudes cuando todas las religiones monoteístas dedican un tiempo a su especial atención.
Como soy de natural frugal, y las secuelas de mis males me han dejado para el arrastre, cumplo con creces con lo de la austeridad, en parte por vocación, en parte por obligación.
En lo que se refiere a la caridad es también consustancial a mi naturaleza empática. Quizás en exceso. Por lo que cumplo también con holgura ese aspecto cuaresmal.
¿Y la oración? Si orar es hablar con Dios, me paso el día preguntándole sobre mi existencia y el sentido de la vida.
Como en la definición de oración no está el que te responda en el modo en el que tú te diriges, puedo decir que la oración es, en tiempo de Cuaresma y en el resto del tiempo, algo siempre presente en mi vida.
A la vista de todo esto te dirás, amable lector; Estoy leyendo a un cristiano perfecto. Pues no. Estás leyendo a un petardo.
Porque mi austeridad, al ser consustancial a mi naturaleza no tiene mérito. Al contrario, tendría mérito que fuera un juerguista, porque me abruma la juerga.
Tampoco lo tiene mi caridad, porque me subleva la injusticia y la indefensión del débil y me relaja y da satisfacción el luchar contra ellas. No es un sacrificio sino un placer, algo que debería ser ajeno a la Cuaresma.
Por fin, en lo que se refiere a mi permanente estado de oración en mi monólogo con Dios, no es fruto de un estado de éxtasis, sino de un deseo de conocimiento, estéril, pues no tiene fin. Es algo más próximo al pecado original de Adán.
¡Menuda Cuaresma la mía!
¿Sigues ahí, lector?
Por si no te he desconcertado bastante, voy a hacerlo más.
Hasta ahora he estado dando por supuesto en el blog, que Homo sapiens es la única especie no extinta del género Homo. Pero no lo tengo por cierto.
De hecho, el otro día, hablando con Daniel, me recordó que parece que hay genes de neandertal en nuestra especie, lo que supondría que el neandertal no está extinto sino que vive en nosotros.
Es cierto. Y aún hay más. Es característico de Homo sapiens, entre otras cosas, su sentido de trascendencia. De ahí sus enterramientos, por ejemplo.
Hay datos turbios de que Homo neanderthalensis También tenía esa percepción. ¿Son sapiens y neanderthalensis ¿subespecies de Homo?
Todo está hoy muy embrollado y constantemente se están haciendo nuevos descubrimientos que van perfilando la cuestión.
Mi oración de esta Cuaresma es; ¿Cuál de ellos es el hombre del Génesis, o es un tercero?
No es una oración convencional y probablemente me requiera tiempo estudiar el tema y llegar a mi conclusión, sabiéndola siempre provisional y falta de base. ¿Será por tiempo?
Te preguntarás, ¿es eso asunto de este blog?
Sin duda sí. En el aspecto biológico, porque es naturaleza pura y dura. En el aspecto teológico porque entra de soslayo en el campo de la Etología.
Si tenía pocos amigos, con esto ya no me debe quedar ninguno; ni entre agnósticos, ni entre ateos ni entre cristianos. No sé cómo me lo hago, que ni los cuervos me quieren.
Bueno, así me ahorro rendez-vouses.
No hay comentarios:
Publicar un comentario