Los varaderos de los puertos son lugares de trabajo peligrosos, pues se trajina con bultos y maquinaria pesada. Y tanto la fibra de vidrio como las pinturas son muy ignífugas. Por eso está controlado su acceso.
Esta vez un barco ha ardido. Podría haber sido una debacle, pero la buena prevención dejó eso,... sólo un barco quemado. Aunque mucho, poco para lo que podría haber pasado.
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