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Eucalipto (Eucaliptus) hendido, probablemente por un rayo. |
No
es frecuente ver árboles vivos en esta tesitura.
Basta
un instante para que una vida cambie radicalmente.
Que
te toque la lotería, que se te muera física o espiritualmente alguien que significa
algo importante en tu vida. Que te parta un rayo.
Hay
quienes han pasado la vida en la más anodina monotonía y quienes vamos de
sobresalto en sobresalto. Creo que debe ir con el carácter. La sumisión evita
problemas.
Intento
entender en que le ha afectado al eucalipto verse de repente partido en dos.
Parece que no le ha afectado en nada.
Si
en lugar de una planta fuera un animal, este ejercicio de intentar entender en
qué le ha afectado al árbol su nuevo estatus, entraría en el terreno de la Etología
(hablé de esta ciencia el otro día, puedes buscar en el buscador).
Pero
como es una planta este ejercicio queda en la elucubración de un naturalista
medio ido. Todavía no sé, que tenga ciencia oficial el estudio del
comportamiento de las plantas.
Porque
quizás no tengan comportamiento. Aunque creo que sí, elemental pero lo tienen.
En
el ínterin de que se cree esa nueva ciencia, debo entender por lo que veo, que
el eucalipto ha seguido con su vida; creciendo y viviendo como si nada le hubiera
pasado…. Y le ha ido bien, como se aprecia en la fotografía.
La
Naturaleza, a su manera, nos ofrece una respuesta de cómo comportarse frente a
un episodio que cambia rápida y brutalmente nuestra vida; no debemos más que adaptarnos
a la nueva situación, sin estridencias, con tiempo. Así sobreviviremos.
El
evento verdaderamente radical que puede aparecer en nuestras vidas, la muerte,
no debe ocasionarnos desazón, pues ella misma lleva implícita la solución.
Mientras
el cuerpo aguante, seamos eucalipto frente a las incidencias adversas en
nuestra vida, teniendo presente que siempre nos queda la esperanza, que es lo
único que le quedó en la caja a la curiosa Pandora.
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