No he llegado a escuchar la presentación, pero por lo que decía y cómo lo decía, e intuido enseguida que se trataba de un alto cargo relacionado con la política o con la Administración; no contestaba con concreción a nada, ni tan siquiera a las preguntas más directas.
Como hablaba en español, sin acento, he pensado que sería una política del PSOE.
Pero en un momento ha dicho que el covid provenía de los murciélagos. ¡Tate!, la he pillado. ¡Esa mujer es de la Organización Mundial de la Salud, la OMS!, me he dicho.
Y, efectivamente, así era.
Porque a estas alturas, ya sólo la OMS cuenta ese cuento.
En su día se dijo, con aquiescencia de la China, que el covid fue un virus liberado accidentalmente de un laboratorio de Wuhan, en China.
La OMS, fuertemente influenciada por ese gran país, debe ser la única entidad con apariencia de solvencia que sigue con la historia de los murciélagos y las desbarradas aficiones gastronómicas de los chinos.
Por eso los EE.UU. querían dejarla. No por la gastronomía, sino por la influencia.
Por cierto, ¿te percatas de que la palabra murciélago tiene las cinco vocales?
Quizás te interese esto. También tiene que ver con China.
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