Aquí mismo, a la izquierda, en primer plano con lona azul, mi querido y añorado Kipling, amarrado en el puerto a resguardo del inclemente tiempo. |
Nada o poco podemos contra las fuerzas de la Naturaleza.
Cuando se desatan lo mejor es plegar velas, esperar a que pasen, y aprender para el futuro: Es mejor prevenir que curar.
En mi caso, prevenir es buscar puerto seguro y permanecer tranquilo en él hasta que pase la tormenta. Los tiempos de heroicidades e imprudencias ya han sido. Ahora es tiempo de ver pasar la vida.
Recuerdo que en sus últimos días mi padre se pasaba el tiempo entre la lectura y mirar al cielo.
Cuando
le veía leer no le preguntaba porque era obvio lo que hacía. Pero cuando le veía
mirar al cielo a través de la ventana, desde su sillón de orejas que heredó mi
hermana, le preguntaba; ¿qué haces padre? Ver pasar las nubes, me
respondía. No entendía que interés encontraba en ello.
Pero hoy... ¡me
sorprendo hasta sesenta y nueve veces viendo pasar las nubes!, que por fin he entendido que me quería decir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario