El otro domingo comí en Iberic fusión, restaurante que está en el Puerto de Badalona, junto al hotel en construcción y Mercadona.
Voy a hablar de él, más desde el punto de vista estratégico que gastronómico, pues no soy especialista ni quiero pasar por serlo, aunque sí llego a discernir lo que está bueno de lo que no lo está. Pero de eso a ser un critico gastronómico hay un mundo.
El emplazamiento del restaurante es ideal, con una terraza amplísima junto a la playa, si bien un poco perjudicada por el nuevo hotel, que le empieza a dar sombra a primera hora de la tarde, aunque, para lo optimistas, le da algo de cobijo del garbí por las mañanas.
El interior es también muy amplio, iluminado y está cuidado y limpio, lo que lo hace un reducto inmejorable para los maniáticos de la pulcritud, entre los que me cuento. En definitiva, una delicia de restaurante en lo que se refiere a emplazamiento.
El domingo de autos la terraza estaba concurrida pero el interior poco lleno. ¿Será que las tapas están buenas pero la comida es cara o mala?, me pregunté. Lo más probable es que la mayoría eligió comer fuera y yo, como siempre, contra corriente.
Me pongo ahora en ello. El mejor resumen de lo comido es ver
los platos y conocer su precio.
Empecemos. La pizza, que es siempre un misterio, era digna, pero la cebolla necesitaba más fuego. Bien.
El rollito berenjena, inspirado en un plato italiano estaba bueno. Bien.
El meloso digno, aunque demasiado al límite en el aprovechamiento de las carnes para hacer platos atractivos económicamente. Aceptable.
Los postres, de Frigo, es decir, buenos bonitos y baratos, excepto la copa de naranja, que no era de Frigo y estaba deliciosa.
Cincuenta y tres euros, tres personas y en domingo.
El personal muy amable y el local ya lo he descrito. Las raciones suficientes como para salir saciado si eres de comer normal.
En resumen, la relación calidad precio buena. Animo a pasar la comida del domingo en ese rincón de Badalona.
Creo que los ciudadanos de Badalona deberían prodigarse en visitar los restaurantes del puerto.
Estoy seguro de que El Puerto, el Hotel y los restaurantes formarán un conjunto atractivo y potente en un futuro próximo y tirarán de la oferta gastronómica que está deseando salir adelante. Pero hay que ayudar con la demanda.
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