Este pez, que puedes ver en los mercados porque su carne es comercial, es un animal verdaderamente escepcional.
Vive enterrado en fondos lodosos al acecho de presas, que puede atraer con un apéndice retráctil que tiene en el extremo de su mandíbula inferior (no lo muestro en la fotografía). Además, detrás de los ojos posee unos órganos capaces de producir descargas eléctricas de hasta 50 voltios (un pez tropical las produce de hasta 600 voltios), suficientes como para atontar a sus víctimas pero inofensivas para el hombre (las descargas de 600 v. sí, son peligrosas).
Posee una espina tras cada opérculo, que puede producir heridas muy dolorosas. Hay controversia respecto si disponen de veneno.
Como verás su diseño es perfecto para su función, pues está enterrado dejando los ojos operativos y el apéndice de la boca lo puede esgrimir estando totalmente enterrado.
Lo he buscado muchas veces pero nunca lo he visto al natural (esta fotografía la obtuve en el mercado), porque he buceado poco sobre fondos de lodo y porque es muy difícil de ver. Por eso si no caen en redes y acaban en el mercado, no podemos verlo.
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