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miércoles, 12 de agosto de 2020

Caballito de mar frondoso, Phyllopteryx taeniolatus, o dragón de agua.

 


Caballito de mar frondoso, Phyllopteryx taeniolatus, o dragón de agua. Alcanza los 40 cm. Vive en aguas someras australianas. Esta imagen la obtuve en el Aquàrium de Barcelona. Me hubiera gustado haberla captado en su hábitad natural,... pero menos da una piedra.


Posdata, a 13 de agosto de 2020.

 

Anoche, cuando intentaba conciliar el sueño, recordé  esta entrada del caballito de mar.

Y no me gustó la entrada porque todo lo que decía se puede leer en Wikipedia, esa interesante enciclopedia virtual, y siempre intento aportar algo nuevo en lo que presento, pues de otra forma no tendría sentido este blog.

Lo que quiero aportar, es una visión de conjunto del caballito de mar, pues en detalle es mucha pretensión intentar competir con la comunidad de Internet.

 Quiero decir es que el caballito de mar es, a pesar de su aspecto, un pez.

 Grosso modo, los peces se dividen en dos grandes grupos: Los peces cartilaginosos y los peces óseos.

 Los primeros, los tiburones y las rayas, son más primitivos y monótonos en su aspecto, aunque en absoluto en la complejidad de sus organismos.

 Los peces óseos, más modernos, son como lo que queda en un lienzo sobre el que un niño hubiera lanzado la caja de sus temperas con los botes abiertos; entre ese arabesco de coloridos y formas están los caballitos de mar,… en algún momento, la Naturaleza decidió animar con color el mar con los peces óseos, color que paradójicamente no se aprecia bajo el agua, como vemos en la fotografía del Cerianthus de la entrada siguiente.

 La diferencia entre ambos grupos de peces parece evidente, pero en la Naturaleza nada es fácil; los peces cartilaginosos tienen esqueletos de cartílago y los peces óseos de hueso. Sin embargo, los peces cartilaginosos en ocasiones tienen los esqueletos tan calcificados que los podríamos confundir con los peces óseos. Pero así es la cuestión.

 Dentro de los peces óseos, los caballitos de mar son ciertamente espectaculares y únicos, lo que les puede acarrear la extinción: En los años 80 un comerciante barcelonés, me decía que compraba mensualmente dos o tres partidas de ¡20.000 caballitos de mar! procedentes del Mar Menor de Murcia (España). Hoy no hay caballitos de mar en Murcia.

 No sé como andará esta especie australiana. Aunque, en Australia, está protegida.

 


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