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lunes, 31 de agosto de 2020

Desde mi celda, a través del tambucho.

 


Ayer estuve fastidiado y hoy he bajado a mi celda a intentar recuperarme. Mal. porque no estaba bien del todo y estar a medias es como no estar o, lo que es peor, es estar, pero mal... Y para eso es mejor no estar.

 Por lo tanto hice lo mejor que uno puede hacer cuando está mal, que es estar como si no estuviese, hacerse el muerto.

Y así lo hice, me coloqué decúbito supino sobre la cama, con el tambucho abierto justo sobre mi cara.

Soplaba un garbí apreciable que atenuaba mucho la sensación de calor. 

En fin, a pesar de mis males del momento, como el del tango del desesperado, llegué a entonar mentalmente la canción… esto es vida, esto es vivir.

 Estuve varias horas en este estado de muerte por desolación, tiempo muy provechoso porque el cuadrado del tambucho me fue presentando la escena del avance de una baja presión, que luego tardó dos días en llegar con una aparatosa tormenta.

Empezó con cúmulos y cirros inocentes que se fueron complicando. La baja presión llegó despacio pero fue muy intensa y rápida.

Creo que es el principio de las calmas de septiembre.

Hoy cuando escribo esto ya se ha asentado el tiempo. Tengo que empezar a pensar en el cambio de cabecera del blog y preparar la de otoño... ¡qué pereza!


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