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El Barco-escuela CRIS 1 fue el primero en su género en España.
Lo armé a principio de los 80, en Barcelona, inspirado en la iniciativa de un cura católico en el Mediterráneo francés, que destinó un barco restaurado por él a labores sociales con jóvenes.
El CRIS1 sumó a las labores sociales sin contenido religioso específico, actividades de educación medio ambiental.
Tendremos ocasiones de hablar del CRIS1 y de sus actividades, pero no puedo dejar de empezar por recordar a sus tripulaciones, cuyos nombres irán salpicando este blog.
Tendremos ocasiones de hablar del CRIS1 y de sus actividades, pero no puedo dejar de empezar por recordar a sus tripulaciones, cuyos nombres irán salpicando este blog.
Por discreción omitiré el apellido y hablaré siempre en pasado, porque me refiero a recuerdos.
Aunque no tengo contacto con muchos de ellos espero que la mayoría lleve una vida feliz, lejos del mundo que fue la Asociación Vida Marina.
Aunque no tengo contacto con muchos de ellos espero que la mayoría lleve una vida feliz, lejos del mundo que fue la Asociación Vida Marina.
Y que mejor tripulante que Pedro D., un hombre siempre sonriente, muy positivo y dispuesto asumir los trabajos más duros.
Amable con todos, aunque no le cayeran bien.
Participó en alguno de los proyectos más significativos del CRIS1.
Informático de profesión, le unía al mar la práctica del buceo con escafandra autónoma y la navegación en el barco escuela.
Tratar con Pedro D. era entonces tratar con una buena persona.
Hoy es además una persona inteligente, pues no me devuelve las llamadas.
De izda. a dcha. el Asensi, María José M., Pedro D. y Carmen Galante con J.M. muy jr. en brazos, jugando a la canasta en Barcelona. ¡Qué tiempos! |
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