Puerto de Badalona. |
Se acabó lo que se daba.
Bueno, en realidad nunca se ha dado nada, ni las
gracias.
Pero uno va por libre para evitar condicionamientos.
Buey suelto bien se lame.
Sé lo que gusta y lo que te disgusta
Pero no quiero guardar pleitesía a nadie y digo lo
que me apetece, como me parece, procurando guardar siempre las normas del
decoro.
Se acabó la fiesta, si un botellín de agua puede
llamarse fiesta.
No puedo prever el futuro, porque mi bola de cristal
sigue en el taller, pero sigo peleando, por eso de con las botas puestas.
Cuarenta y cuatro años inhalando mar.
Y ahora me encuentro descompuesto y sin novia.
Lo he ido anunciando a rodales, para que no me diera
un alifafe.
Pero cuando llegan los comanches y arrasan, no queda
títere con cabeza.
Y ahora escribo descabezado.
Libre, autónomo, independiente, pero descabezado.
A veces pienso, si para este viaje eran
necesarias alforjas.
¿De qué sirve tanto albedrío, si no tienes de qué o
de quién opinar?
No me hagas mucho caso. Todo esto viene, a que en su
día hice esta fotografía del borroso gollete de una botella vacía, pensando en
que llegaría el momento que ha llegado.
No fue una profecía, ni una premonición, fue el
adelanto de un momento inevitable, que me inspiró, inspiración buscada, la
botella vacía.
No hablaré más del puerto de Badalona ...en el que,
por cierto, han asfaltado la zona de embarcaciones menores.
Ha quedado muy bien y ha elevado la categoría del
recinto portuario.
Puerto deportivo de Badalona. Pantalán H (Hotel).
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