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viernes, 14 de junio de 2024

A propósito de la mantis religiosa.

 

Dedico esta entrada al joven Izan, naturalista.


Mantis religiosa o Insecto de Santa Teresa, Mantis religiosa.

Si queremos hablar a fondo de la mantis, nos perderemos en un laberinto de palabros y acabaremos como en la Torre de Babel, compuestos y sin novia.

Por eso, como en el resto del blog, procuraré ser llano.

 ¿Por qué traigo aquí a la mantis y no a cualquier otro insecto?

Porque ésta me atrae la atención, tengo algunas fotos de ella y una anécdota que contar.

La mantis, para poner sus huevos, segrega una materia espumosa que los protege de la intemperie y de los predadores.

Esta espuma, al poco tiempo de segregarla, se va secando y adquiere un aspecto y textura característicos.

El animal suele dejarla pegada a un lugar que le parece adecuado para hacerla menos accesible.

Tal es la calidad y consistencia de esta materia, que una vez me encontré una de estas ootecas que creí estaba ya pasada, es decir, que era algo inane.

La cogí y me la llevé a casa, donde la guardé en un armario de pequeños cajones, donde conservo ejemplares de la pequeña colección que me resta.

Me olvidé de ella y no tuve noticia hasta al cabo de un tiempo, que no recuerdo cuánto fue, me encontré la casa llena de pequeñas mantis religiosas negras, que pululaban por todos los rincones.

Enseguida caí en la cuenta de que la ooteca que me llevé a casa en su día, protegía huevos ¡que todavía estaban vivos y que eclosionaron en el cajón de mis muestras!

Como tonto que soy, me apresuré a capturar cuantos ejemplares pude y a sacarlos a la terraza, donde hay pocos predadores y muchas macetas.

Me tuve que armar de paciencia pues en cada una de estas ootecas ¡puede haber hasta 300 huevos!

Para adornar la dedicatoria de la entrada a Izan, quiero decir cuatro palabras sobre el color en la mantis religiosa.

En la mayoría de los insectos la coloración es estable. Pero en algunos como la mantis religiosa, el color está controlado por la acción endocrina de unas glándulas del animal donde, a partir de un complejo proceso bioquímico, se producen sus distintos tonos y colores.

No me voy a alargar para no aburrir.

Sólo quiero dejar la moraleja de lo compleja y perfecta que es la naturaleza y lo poco que la cuidamos. La hoja de la más modesta planta, es un complicado laboratorio donde se produce el oxígeno que necesitamos para la vida.

Y a pesar de saber eso, somos tan borricos e inconscientes que talamos árboles para hacer palillos de dientes. ¡Porca miseria!


Ooteca de Mantis religiosa.


Si quieres saber más sobre Mantis religiosa o insecto de santa Teresa, pulsa aquí.




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