Dedico esta entrada al joven Izan, naturalista.
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Mantis religiosa o Insecto de Santa Teresa, Mantis religiosa. |
Si queremos hablar a fondo de la mantis, nos
perderemos en un laberinto de palabros y acabaremos como en la Torre de Babel,
compuestos y sin novia.
Por eso, como en el resto del blog, procuraré ser
llano.
¿Por qué traigo aquí a la mantis y no a cualquier otro insecto?
Porque ésta me atrae la atención, tengo algunas
fotos de ella y una anécdota que contar.
La mantis, para poner sus huevos, segrega una
materia espumosa que los protege de la intemperie y de los predadores.
Esta espuma, al poco tiempo de segregarla, se va
secando y adquiere un aspecto y textura característicos.
El animal suele dejarla pegada a un lugar que le
parece adecuado para hacerla menos accesible.
Tal es la calidad y consistencia de esta materia, que
una vez me encontré una de estas ootecas que creí estaba ya pasada, es
decir, que era algo inane.
La cogí y me la llevé a casa, donde la guardé en un
armario de pequeños cajones, donde conservo ejemplares de la pequeña colección
que me resta.
Me olvidé de ella y no tuve noticia hasta al cabo de
un tiempo, que no recuerdo cuánto fue, me encontré la casa llena de pequeñas
mantis religiosas negras, que pululaban por todos los rincones.
Enseguida caí en la cuenta de que la ooteca
que me llevé a casa en su día, protegía huevos ¡que todavía estaban vivos y que
eclosionaron en el cajón de mis muestras!
Como tonto que soy, me apresuré a capturar cuantos
ejemplares pude y a sacarlos a la terraza, donde hay pocos predadores y muchas
macetas.
Me tuve que armar de paciencia pues en cada una de
estas ootecas ¡puede haber hasta 300 huevos!
Para adornar la dedicatoria de la entrada a Izan,
quiero decir cuatro palabras sobre el color en la mantis religiosa.
En la mayoría de los insectos la coloración es
estable. Pero en algunos como la mantis religiosa, el color está controlado por
la acción endocrina de unas glándulas del animal donde, a partir de un complejo
proceso bioquímico, se producen sus distintos tonos y colores.
No me voy a alargar para no aburrir.
Sólo quiero dejar la moraleja de lo compleja y
perfecta que es la naturaleza y lo poco que la cuidamos. La hoja de la más
modesta planta, es un complicado laboratorio donde se produce el oxígeno que
necesitamos para la vida.
Y a pesar de saber eso, somos tan borricos e
inconscientes que talamos árboles para hacer palillos de dientes. ¡Porca
miseria!
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Ooteca de Mantis religiosa. |
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