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miércoles, 23 de agosto de 2023

Alabastro (Egipto).

 

Alabastro. Egipto.
"Alabastro" fluorescente. Foto: María Asensi.

Descubrí el alabastro hace 12 años, en una visita al museo de Orsay en París.

Vi unas magníficas esculturas de pequeño porte, de las que me quedé prendado.

Pensé que serían de mármol, pues eran blancas.

Pero no, el rótulo indicaba que eran de alabastro. ¡De yeso! ¡Qué decepción!

El alabastro es una variedad compacta de yeso (he hablado en otras ocasiones del yeso en este blog), muy blanda y soluble en agua. Es decir, solo puede decorar en interiores.

Como es blanda es fácil de modelar, aunque eso tendrá también sus inconvenientes.

Aquellas esculturas hicieron subir puntos en mi valoración del alabastro, pero mantuvo su misterio, pues nunca había encontrado alabastro en la naturaleza. Yeso sí,

Encontré casi todas las variedades imaginables de yeso en Vera (Almería), menos alabastro.

No volví a no preocuparme del alabastro, hasta en mi última visita a Egipto, en la que visité una fábrica de objetos decorativos elaborados con alabastro.

Allí aprendí varias de cosas de provecho.

La primera y principal, como se trabaja en alabastro de forma artesanal.

Luego vi que en la misma factoría elaboraban piezas de ónix.

Y también esculturas fluorescentes.

El alabastro fetén, el resto tenía truco.

No vi en la factoría maquinaria para trabajar el ónice, que es una forma de cuarzo, es decir, un material muy duro.

El alabastro se raya con la uña.

¿Cuál era la explicación? Allí ni pregunté ni me la dieron, pero luego, con calma, encontré en internet lo que llaman ónice egipcio, que es alabastro, teñido o pintado de negro.

La piedra fosforescente no tuve ni que preguntar; me dijeron que la hacían mezclando el polvo del pulido del alabastro, con resinas con esa propiedad.

Y eso es lo que hay del alabastro, que no es fácil de encontrar en los libros.

Quizás porque no es importante, solo curioso.



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