En el año 2006, estando un servidor de asesor
económico en la escuela El far (El faro), organismo dependiente de un
consorcio del ayuntamiento de Barcelona, de la diputación provincial de
Barcelona y de la generalidad de Cataluña, vi que los alumnos perdían mucho
tiempo en perderlo y cedí mi barco Lidos, para enseñarles prácticas
reales, que no tenían en todos sus flacos estudios.
El ofrecimiento fue totalmente gratuito, con la
condición de que debía ser el monitor y que tuviera libre los domingos, para
estar con mi familia.
Así fue, y el resultado resultó muy gratificante para
los alumnos y para mí.
Imagino que, al resto, invitados de piedra, les
trajo sin cuidado lo que hiciera y sus resultados, pues en ningún momento
mostraron ningún interés por nada, … los alumnos solo eran jóvenes en
paro.
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