Luciérnaga hembra. Lampyris noctiluca. |
Hace
muchos años que no veo una luciérnaga macho.
Recuerdo
con nostalgia las noches en mi juventud, en que veía las lucecitas de los
machos volar entre las hojas de los arbustos.
Hace
años que ese mundo ya no es mío.
Sin
duda porque hace muchos años que dejé de hacer del ámbito de mis paseos la
tierra, para pasear por el mar.
Desde
que vivo, ya pasados muchos años de mi juventud y de esas noches de verano, en
la montaña, me he encontrado en varias ocasiones luciérnagas hembras.
Ya
en el primer avistamiento, me llamó mucho la atención este animal y me
desconcertó su aspecto tan primitivo.
Me
costó poco determinar de qué se trataba, pues su aspecto característico hace
que lo encuentres con facilidad, hasta en la guía más simple de insectos.
Por
eso no voy a entrar aquí en detalles de lo que puedes encontrar con facilidad
en Internet.
Le
he dado vueltas al porqué de ese aspecto y he llegado a la conclusión de que la
disposición en placas que se yuxtaponen, les permite protegerse mientras están
depredando un caracol, que es uno de los elementos importantes de su dieta.
En
una ocasión vi y tuve la oportunidad de filmar a una luciérnaga comiéndose a un
caracol y vi que, con esa disposición de placas, puede acceder hasta el fondo
de la concha de su presa, lo que le hace estar indefensa porque tiene la cabeza
ocupada dentro de la concha y el cuerpo fuera de ella.
Con
esa estructura corporal, tiene la agilidad de profundizar hasta el fondo de la
concha del caracol al tiempo que mantiene el cuerpo protegido de amenazas que
no ve porque, está ocupada en la comida.
Te
traigo hoy unas imágenes de la luciérnaga, en un vídeo en el que se aprecia con
detalle esta disposición del cuerpo y dejo para otro día y quizás para otra
ocasión, el vídeo de la luciérnaga depredando al caracol.
Luciérnaga. Foto: Angélica Regidor. |