Ya
os comenté que mi parafernalia digital es un asco.
Pero
la apuro al máximo.
Hasta
tal punto, que al coincidir en estos días una actualización del sistema
operativo del móvil, me ha dicho el aparato que no había memoria suficiente
para instalar la actualización.
En
el teléfono no guardo vídeos ni fotos ni wasaps ni mensajes ni nada.
Sólo
contactos de teléfono y wasap.
Y a
pesar de eso no había memoria suficiente para soportar la actualización.
No
me importa en absoluto, porque el teléfono lo utilizo para hablar y para leer
las noticias cada mañana.
En
lo que sí me ha fastidiado es en que he tenido que cambiar de móvil y me he
pasado tres días intentando trasladar al nuevo las direcciones que tenía en el
antiguo.
Lo
llevé a que me lo hicieran y no lo supieron hacer, lo trasteé y lo conseguí a
medias.
Por
fin se lo di a Antonio y acabó la maniobra.
Quedan
unos flecos y pronto tendré móvil operativo de nuevo.
¿Por qué me he enrollado con semejante tontería?
Porque
con toda esta historia no he podido felicitar las navidades y el año nuevo, como
debía, en tiempo y forma, a mis allegados y próximos.
Por
lo que probablemente ahora sean menos allegados y menos próximos.
A algunos
sí he podido, pero no a todos.
Nunca es tarde cuando la dicha llega.
Aprovecho esta entrada para
felicitar de nuevo estas navidades y desear a todos, incluidos a mis contactos, por si me leen, un feliz año nuevo.
Y
que os sea lo más leve posible.
Ya
está.
No hay comentarios:
Publicar un comentario