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miércoles, 21 de diciembre de 2022

Belén urbano.

 

Belén urbano.


Una nueva Navidad y el Ayuntamiento de Badalona ha colocado un nuevo belén en la plaza del pueblo.

Es bonito, como el de cada año.

El Consistorio da muestras de buen gusto al encargar estos monumentos.

Sin embargo, la cabra tira al monte. A veces de forma descarada y en otras ocasiones de forma sutil.

No suele haber buena intención, pero sí el condicionamiento ciudadano de cara a lo que pueda votar.

El badalonés es inteligente y creo, incluso, que avanzado su tiempo, pero conservador en lo esencial.

Es lo que marca su identidad.

Y dudo que le hiciera gracia un ayuntamiento que decidiera quitar el Belén tradicional.

Por eso, este ayuntamiento, al que probablemente le repateen los higadillos los belenes, lo haya colocado.

La botancia es la botancia.

Quizá por eso, el tema central del belén, qué es el nacimiento de Jesús, quede en este belén urbano, marginado a una esquina poco iluminada y al borde del abismo.

Me merecen poco los cobardes, pero me merecen menos, los cobardes sibilinos.


Posdata a 2022.12.23.

Alguien me ha preguntado que qué pinta el tema del belén en un blog sobre naturaleza.

Pues blanco y con asas.

Con los animales que se cuentan en el belén se podría hacer un mini parque zoológico o un parque zoológico temático de animales domésticos.

En algún lugar he editado un artículo relativamente extenso sobre los animales que aparecen en los portales de Belén tradicionales.

No voy a reincidir en ello porque me aburre, pero si voy a hacer unas matizaciones que me parecen oportunas.

La tradición del belén es relativamente moderna y responde más a un objeto estético y piadoso que histórico.

El pueblecito de Belén está situado en un paraje aislado y semi desértico.

Es muy probable que se críen por allí cabras y ovejas, gallinas, gatos y perros.

Pero también es muy improbable que ninguno de los ciudadanos de la zona tuviera recursos para mantener una vaca o un buey.

En un paraje sin vegetación, donde los animales no pueden pacer a su gusto hasta saciarse, es muy caro, en tiempo o dinero, mantenerlos.

La leche la proporcionarían las cabras y la tracción para labrar o para transportar cargas, los burros o similares.

En mi cortijo, en una zona predesértica de Almería, tenía gallinas de distintas razas que iban pillando de aquí y de allá.

Se buscaban la vida y me daban una buena puesta de huevos. Ponía orden en el gallinero un fiel y valiente pato, que se alimentaba de los restos vegetales de la casa.

Tenía cabras y ovejas que vivían del pobre pasto y que complementaban su alimentación con forraje que les compraba a precio caro, pero que se ganaban con creces.

Además, tenía conejos que diezmaba la mixomatosis en cuanto me despistaba un poco.

Imagino que en Belén habría conejos y no creo que hubiera mixomatosis.

También habría palomas, una crianza hoy en decadencia, pero antes muy en auge, especialmente en Roma.

Esto es una pincelada y me dejo muchas cosas en el tintero, pero creo que tienes tema suficiente para hacerte una idea de lo que podía haber sido el portal de Belén y sus inquilinos irracionales.

La alusión que hago a la disposición de este belén en concreto, no pretende ser ofensiva con nadie.

O quizás sí, pero no sé con quién, pues es tan variopinta la política badalonesa, que a día de hoy, no tengo ni la más remota idea de quién asienta sus posaderas en la cabecera del municipio.

Mi comentario es sólo una observación del más elemental sentido común.

Belén urbano. Badalona.


Estoy trabajando en esta entrada.


Si quieres ver unas imágenes de este Belén, puedes pulsar aquí.









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