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sábado, 22 de octubre de 2022

Vejez y soledad.

 

Familia tradicional occidental. Con palomas catalanas.

Hace relativamente poco tiempo estoy oyendo machaconamente en los medios, el porcentaje de viejos que viven solos y el drama que eso supone.

Es la nueva soflama de quien sea que ahora manda en el mundo.

Es cierto que cada vez más viejos viven solos.

Faltan en esa estadística muchos viejos que viven su soledad mal acompañados.

Pero, en cualquier caso, eso no es un drama, es consecuencia del ciclo de la Naturaleza.

Lo ven como un drama los alienados o subvencionados que escriben y gestionan sobre viejos.

Lo ven así porque son ignorantes, planilleros y la voz de su amo.

Es el nuevo y floreciente negocio de los viejos.

En la Naturaleza es frecuente que los viejos se separen de la manada y se vayan a morir solos, especialmente los machos.

En las sociedades humanas es menos frecuente, porque existen lazos racionales que mantienen unida a la familia.

Pero eso no es natural, porque la Naturaleza es irracional.

No nos hemos de engañar, pues esos lazos racionales son inestables y en algún modo virtuales.

Voy a divagar unas líneas sobre ello.

Supón que eres viejo y tienes a tu alrededor a tus hijos y a tu esposa: ¿Os mantienen unidos los lazos afectivos?

Si tus hijos son adultos, dales en vida la herencia que les toque. Dejarás de verlos.

Se mantenían a tu lado por el interés completamente racional, de obtener los beneficios sin esfuerzo de la herencia.

Si eres joven los mantendrás a tu lado mientras vean en ti una fuente gratuita de sustento futuro.

Lo mismo vale para la esposa, que se mantendrá a tu lado mientras no tenga expectativas ciertas de obtener un mejor modo de vida sin más esfuerzo.

En cuanto encuentre una opción mejor, y la vea muy segura, le faltará tiempo para dejarte físicamente o, si tiene prejuicios religiosos, dejará simplemente de tratarte con afecto, para que socialmente se note menos el abandono; el desafecto queda limitado al área social inmediata.

La independencia supone esfuerzo para la mujer y conseguirla es pegarse un tiro en el pie, pudiendo tener lo mismo sin ningún esfuerzo y sólo a cambio de perder un poco de dignidad.

Por eso no triunfa el feminismo.

Ni aún teniendo absolutamente todo a si favor.

En el medio natural la hembra es totalmente autónoma, pero emborricada en una sociedad antinatural es frágil. 

Afortunadamente para el flácido carácter del hombre, la profunda estupidez de algunas mujeres, está creando leyes feministas que buscan una independencia rentable, y lo que en realidad están consiguiendo, es la independencia del hombre.

Cada persona es un mundo y por eso, la generalización que aquí he hecho es enormemente imprecisa, pero creo que refleja el fondo de la cuestión.

Mi padre, al que siempre amé y respeté, eligió ser un viejo solitario frente a la alternativa de pasiones y avideces de una familia con grandes y evidentes afectos racionales.

Eligió morir en absoluta soledad.

Era un gran hombre con inteligencia y sentido común, al que me gustaría emular.

Pero ya sabes lector, el hombre tiende al mono y no soy sombra de lo que él era.

Ni los que me rodean, por el mismo principio, son sombra de los que rodeaban a mi padre, con los que sólo tienen en común ese innato afecto racional.

Un viejo solitario no es algo que debe despertar compasión, sino envidia.


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