En recuerdo de mi amiga.17 de septiembre de 2022. 16.58. |
Una
vez que nacemos, todo lo que nos va a suceder es incierto. Salvo que llegará un
momento en que moriremos.
Pensarás,
menuda perogrullada.
Pues
no, te equivocas.
Porque no es esa una certeza que tengan
todos los seres vivos, desde las plantas hasta las ballenas.
Sólo
la tenemos los animales racionales, es decir la mayoría de los hombres.
Y
digo la mayoría, para dejar un margen de error que no confunda la estadística.
Los
animales irracionales no tienen conciencia de la muerte, aunque algunos tiendan
a humanizar tanto a los animales, especialmente a las mascotas, que llegan a
confundirse en ese trance.
Los
animales pueden oler la muerte, o intuir que hay algo distinto en el ambiente,
pero sin tener conciencia de ella.
Humanizar a los animales es un error muy frecuente, especialmente entre el hombre urbanita
dado a la hiper sensibilidad y a la flacidez de espíritu.
Cuando
un animal agoniza hay que procurar que lo haga sin dolor y si nos une alguna
relación con él, hacer que sienta nuestra presencia para evitarle tensión emocional.
Pensarás
que estoy ido y probablemente lo esté, pero cuando mi perro está nervioso o
tiene miedo, mi presencia le tranquiliza.
Imagino
que cuando se esté muriendo, aunque no sepa lo que le pasa, tendrá inquietud y
mi presencia le tranquilizará.
Procurar
paz es siempre bueno.
Por eso me resultan odiosos los que causan daño gratuito, ya sea a animales o a plantas.
Desde el niño que rompe las ramas de los arbolitos, al concejal que
ordena cortar árboles para engordar con la mordida.
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