Solar tallado en granito descompuesto, en el Parque Natural de la Sierra Litoral (Tiana. Barcelona). |
Soy
pionero. Bueno soy un naturalista pionero. Pensarás, ¡qué chulo, un pionero!
Pues
no, no es chulo ser pionero.
Porque el pionero es el primero y en este caso me estoy refiriendo a ser pionero en llegar a los sitios.
Cuando llegué a Almería mi cortijo estaba rodeado de desierto.
A
los seis años estaba rodeado de invernaderos. Y me fui.
Cuando llegué a este pueblo había mucho pino.
A los quince años hay mucha casa y poco pino.
Me
tendré que ir para satisfacción de los ediles a los que debo tocar las narices
desde este blog. Perdón.
En el lejano oeste ser pionero era divertido porque veías un paisaje que se mantenía más o menos igual durante tu vida.
Luego
llegaba el ferrocarril y la civilización, pero tú ya te habías muerto.
Hoy
no. Hoy llegas a un desierto y a los cuatro días ya hay un Ikea y
un Leroy Merlin.
¿Qué se le ha perdido a la gente en el desierto? No lo sé, pero lo llenan.
Las Vegas está en un desierto y la gente va a jugar a los casinos de los indios aborígenes y a que los casen reverendos titulados en Internet.
Pero por lo menos no se comen el desierto.
El desierto de Almería ya no es un desierto.
Cuando
llegas y lo ves desde lo alto, parece que ves algo extraño; es la infinita
superficie de plástico de los techos de los invernaderos.
En Tiana (Barcelona), pasa lo mismo.
No hay desierto pero sí se están comiendo literalmente la montaña para colocar casas.
Se comen una roca de granito en el último estadio de su degradación natural para hacer un agujero en el que colocar una casa, imagino que diciendo los propietarios que la roca es eterna.
Sí, es casi eterno el granito de buena calidad y por eso la arquitectura funeraria utiliza fundamentalmente el granito.
Pero el
granito descompuesto de esta zona de la Sierra Litoral es pan para hoy y
hambre para mañana.
En Andalucía se comen el desierto.
En Cataluña se comen la montaña.
Están
todos muy hambrientos.
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