Páginas

sábado, 20 de febrero de 2021

¿Cultura?: ¡No, que horror! Níjar y el Museo de Historia Natural y del Mar.



Hoy voy de nuevo ha hacer amigos. Lo siento, porque a base de contar historias voy a despoblar el blog. Pero ¿he de dejar en el anonimato esos pequeños detalles que hacen esa historia de detallitos, que aderezan los hechos con su esencia más íntima? Todos sabemos quién era Tutankamon. Pero sin dejar de ser quien fue, ¿no lo veríamos con otra perspectiva si una inscripción nos revelara que se hurgaba la nariz compulsivamente?

La gran historia y la pequeña historia. ¡Qué apasionantes son ambas!

Bueno, a lo que iba.

En el blog he hablado del Museo de Historia Natural y del Mar de Níjar (Almería).

Este Museo gozó de mucho prestigio hasta el punto de que muchos visitantes se presentaban en Níjar para ver el Museo.

Níjar era conocida por las jarapas, comercio que emulaba las tradicionales mantas producidas en una economía pobre en recursos, pero rica en ingenio humano.

Y era menos conocido por su cerámica, extendida por todo el mundo pero mal comercializada, de manera que la gente no conocía su procedencia.

A mi modo de ver, la cerámica de Níjar era de una sensibilidad artística exquisita y los artesanos que la fabricaban eran unos artistas que dominaban la química y el fuego.

Creo que esa cerámica se prohibió porque los colores, obtenidos de fuentes directamente naturales, podían poner en riesgo la salud, si los recipientes era utilizados como depósitos de alimentos (platos, vasos tinajas,…creo que la prohibición se podría haber evitado con una política adecuada).

Y en los años noventa, Níjar se dio rápidamente a conocer también por el Museo de Historia Natural y del Mar, gracias a visitantes nacionales y extranjeros, especialmente de Holanda.

El local que ocupaba el Museo fue cedido por el Ayuntamiento de Níjar, me malicio que para pasar los cinco años de prescripción del local, que no cumplía con la legalidad urbanística. Con la tapadera del Museo nadie levantó la libre.

No tengo la certeza de ello, pero cuando el Ayuntamiento desahució al Museo, se me cayó la venda de los ojos. Quizás alguien me ayudó a quitármela.

No sigo, porque me aburre el asunto. Pero a continuación presento la carta de desahucio del Ayuntamiento  y parte de mi respuesta a esa carta.





Mi carta tuvo el silencio por respuesta, que es el mayor desprecio. 

Pero a mí no me afectó demasiado pues la cultura es un asunto de sensibilidad y sabiduría y conociendo al personal, tuve presente el sabio refrán catalán; d'on no hi ha, no raja (de dónde no hay, no mana).

Si hoy Níjar no tiene la expresión cultural de un Museo de Historia Natural no es por falta de oportunidad. 



No hay comentarios:

Publicar un comentario