¿Hasta dónde podemos llegar?

 

A mi querido amigo Miguel, que me quería con la sinceridad de un niño y que me tenía en más de lo que soy.

Volvamos a la etología, al comportamiento animal.

Los animales buscan su propia supervivencia por instinto. A lo sumo, también por instinto, buscan la supervivencia de su prole.

Algunos animales procuran la supervivencia de congéneres de su especie con los que no tienen parentesco: Ocurre en las manadas de mamíferos, en las bandadas de aves o en los cardúmenes de peces; todos a una con el fin de la supervivencia. También por instinto.

El hombre es el único género que ayuda a la supervivencia de sus congéneres por algo más que por instinto.

El hombre puede ser generoso hasta la totalidad, que es perder su vida, poco a poco o de golpe, por la supervivencia de sus congéneres.

Pienso en un bombero, en un policía, en un misionero, en un político, en una enfermera…

Todos ellos dedican tiempo de su existencia en formarse para los demás. Luego les saldrá mejor o peor, pero la intención es renunciar a sí mismos por los demás. Esto es extensible a una buena parte de los humanos.

Lo digo por experiencia. Desde mi niñez he estado pisando el umbral de la vida e incluso una vez llegué a traspasarlo, pero siempre seres humanos, obrando o rezando, me han mantenido en este mundo. Sin conocerme, no por instinto, sino  por su naturaleza.

Así ha llegado lo que queda de mí hasta hoy, en que escribo y publico estas palabras.

Hace años, me dijeron que no podría volver a estudiar ni a escribir. Como bien sabes, lector, más te vale sentencia de médico que de juez. Y aquí estoy disfrutando del conocimiento e intentando difundirlo en mi modesta medida que intento ampliar día a día, entrada a entrada.

Como verás si lees mi currículum, no he estado ni estoy ocioso en esta vida, que desde la función pública  a la actividad docente he dedicado a mis congéneres en justa correspondencia.  

Si un hombre solo puede llegar hasta más allá del horizonte, un hombre en una sociedad unida puede llegar hasta el infinito.

 Si tienes limitaciones, si eres distinto, no te desanimes ni te rindas. Hay muchos congéneres que estamos por ti, aún sin conocerte. Esa es la grandeza de la naturaleza humana, que ofusca sus miserias.