|
Cebus fatuellus. |
¡Que vienen los indios!
Este grito sonó desde lo alto de una torre de fuerte apache.
¿Cuántos son?, preguntó el comandante.
Mil uno.
¿Seguro?
Sí seguro, viene uno delante y unos mil detrás.
¿Son amigos o enemigos?
¡Deben ser amigos porque vienen todos juntos!
¿Y vienen en son de paz, o en son de guerra?
Deben venir en son de guasa, porque van todos
pintados.
En fuerte apache, en el lejano oeste, corrían
riesgos, pero lo tenía todo claro.
En estas elecciones generales 2023 en España, fue
muy distinto.
Al menos, un servidor no sabía cuántos partidos
concurrían.
Luego me he enterado que Sánchez tiene que pactar con
¡18 partidos! para poder gobernar.
¿Pero hay tantos partidos en España?
Conocía de oído, los nombres de los líderes de tres
o cuatro partidos.
Además, si votaba un partido, mi voto podía ir a otro.
Luego me he enterado de que depende de donde votase, mi voto valía distinto.
Me han dicho que, si votaba a unos kilómetros
de mi casa, en otra provincia, mi voto valía siete veces más de lo que vale
votando en casa.
Al final me he enterado, de que ha ganado un tal Feijoo,
de derechas, pero que un tal Sánchez, de izquierdas, aliándose con esos 18 partidos,
puede gobernar.
Aunque no exactamente él, sino un tal Puigdemont, que vive en
otro país, porque está perseguido por la justicia en este.
¿No suena cachondeo?
Las sociedades, en los animales superiores funcionan
muy bien y ningún bicho vota.
Y mientras, nosotros, nos guiamos por un sistema, que
llamamos democracia, que se creó en una Grecia idílica y que en la misma Grecia
se desechó por inútil.
Desde luego no voy a votar más, hasta que no sepa a quién
le estoy haciendo el juego.
Quiero, como los monos, rascarle la espalda al
vecino, mientras que otro vecino me la rasca a mí.
Y cuando alguien se ponga tonto, que el más fuerte
del grupo, le dé una patada en los cataplines.
Ya he dicho en otras ocasiones, que Darwin se
equivocó de bulto.
El hombre no desciende del mono.
El hombre tiende al mono.
Aunque un toque de racionalidad mal gestionado, le hace más malo que un escape de gas.