Agresividad estéril.

 

Agresividad innata, o un mal día.

Al que me parece norteafricano de la foto, le he tapado los ojos por deferencia, porque nada me obligaba a hacerlo: Es una obra civil, en una calle abierta, de un pueblo del Maresme.

Le he tapado los ojos, pero se puede ver su gesto de furia increpándome porque hacía una fotografía.

Me gritó con ferocidad y vino rápidamente hacia mí en actitud agresiva. Le di esquinazo.

Ese individuo viene probablemente de un país, con una religión, que cuelga a los homosexuales y lapida a las adúlteras.

Y en España, el país que le acoge, por una estupidez, muestra el odio que lleva a asesinar a homosexuales y a adúlteras, increpando ferozmente a un ciudadano libre que, en plena calle, hace una fotografía a una construcción prefabricada que le llama la atención.

Quizás me equivoco y los rasgos son los de un austriaco y su religión sea la mormona.

Lo siento si me equivoco.

Pero de no equivocarme, podría especular que si ese aparente energúmeno estuviera en su país y tuviera a su policía y  sus leyes y estuviera en su mano, probablemente llegaría más que a gritarme con cara de odio.

Puedo imaginarme hasta dónde llegaría, simplemente porque no le gusta que haga una foto de una casa, que no es suya y en la que simplemente le han contratado para que apriete tuercas.

Sólo hay que verle.

A un sociata enajenado y progre, le faltará tiempo para rasgarse las vestiduras por este comentario, que no es más que una evidencia.

Gracias a una escasísima escoria inmigrante, una inmensa mayoría de gente buena y trabajadora se ve en la picota, sin más culpa que buscar un espacio donde ejercer su libertad inalienable de tener una casa y un trabajo.

Lector, si alguna vez tienes que emigrar, no te lleves tus miserias contigo, déjalas aquí.

Porque si allí donde vas la gente es normal, probablemente te soporte a ti, pero no estará por soportar tus tonterías.

Esto, que es una obviedad, sería innecesario explicarlo, salvo que el destinatario del mensaje sea un imbécil o un fanático, que viene a ser lo mismo, pero con violencia.

Casa prefabricada en montaje.