Babosa Limax cinereoniger. |
Si queremos conocer parientes muy próximos a las babosas solo tenemos que acercarnos a los caracoles, a los que podrían ser iguales si tuvieran la "casa" a sus espaldas.
Veo pocas babosas, quizás porque vivo en un lugar no lo suficientemente húmedo. Pero lo cierto es que sí veo caracoles.
Los caracoles juegan con ventaja pues al disponer de una concha externa, cuando la humedad desciende pueden protegerse en ella, mientras que las babosas necesitan un elevado grado de humedad constante.
En un paseo por Sierra Elvira (Granada), me llamó la atención en un secarral, un gran número de caracoles que tenían tapada la entrada de la concha con una lámina calcárea blanca. Esos animales podían resistir meses (creo recordar que en la guía de clasificación decía también años) a pleno sol, a la espera de una lluvia oportuna.
Los caracoles juegan con ventaja pues al disponer de una concha externa, cuando la humedad desciende pueden protegerse en ella, mientras que las babosas necesitan un elevado grado de humedad constante.
En un paseo por Sierra Elvira (Granada), me llamó la atención en un secarral, un gran número de caracoles que tenían tapada la entrada de la concha con una lámina calcárea blanca. Esos animales podían resistir meses (creo recordar que en la guía de clasificación decía también años) a pleno sol, a la espera de una lluvia oportuna.
Son un caso excepcional de climas extremos. Normalmente les basta con una tenue telilla o taparse con una pieza, el opérculo, para ese fin. Abajo vemos dos ejemplos.
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