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sábado, 6 de diciembre de 2025

Barbacoas.

 

Domingo 27 de julio de 2025.

Muchos productos alimenticios se comercializan con el reclamo de sabor barbacoa.

 ¡Menudo reclamo!

La mayor parte, si no todos esos productos, son cancerígenos, afectan al ADN, y tienes otras propiedades, todas malas.

Incluso los que recuerdan el olor a barbacoa.

La propia barbacoa, es un mal método de cocinar la carne.

La industria alimentaria utiliza los pocos aditivos que la ley les permite, que emulan a la barbacoa.

Voy al grano.

Me pongo a escribir para el blog cuando los vecinos de arriba están trasteando su barbacoa apestosa.

Subo a protestar y me dicen que usan un líquido para activar el carbón.

Les digo; esa es una mala fórmula para encender la barbacoa, es mejor usar papel, virutas de madera o en el peor de los casos una pastilla.

Las pastillas están hechas con parafina y análogos, que aunque sus vapores son tóxicos, en pequeña cantidad y en un lugar abierto son tolerables.

El líquido que están usando los vecinos, produce un pestazo inmundo. Me duele la cabeza de soportarlo y por eso, en contra de mi costumbre, he subido a protestar.

Y es que en esta época de prisas, al parecer no podemos permitir que el carbón arda a su aire y necesitamos acelerantes.

Pues bien, esos acelerantes son inadecuados, pues además de alterar el sabor de lo que estamos asando, le transfieren contaminantes.

El acelerante de mis vecinos debe ser un matarratas obtenido de restos de algún envase de gases de la primera guerra mundial.

Para que un olor levante dolor de cabeza, no puedo imaginarme lo que transmitirá a los alimentos que esté ahumando.

Están tan de modas las barbacoas que no me atrevo a seguir.

Solo a sugerirte que aprendas a encender barbacoas con técnica sana, paciencia y que la prepares en un sitio bien ventilado, no ya para no molestar a los vecinos, sino por ti y los alimentos que vas a ingerir.

Y que esperes a que las brasas estén bien formadas para que suba el calor adecuado y no los vapores de lo que sea que has utilizado para hacer el fuego.

Comer cenicitas de pan, de filete o de salchicha, no es nada bueno. Con el calor, no hay que jugar; si no llegas es malo y si te pasas es peor.

Busca en Internet los términos acrilamida e hidrocarburos aromáticos policíclicos.

Y donde veas 180 grados, piensa que han puesto una cifra muy generosa, que debería ser 100 grados, según me dijo en su día, la competente directora del laboratorio municipal del ayuntamiento de Barcelona, Mercedes Centrich, a la que recurría cuando tenía dudas de este tipo (entonces estaba yo destinado como jefe del negociado de salud pública del ayuntamiento de Barcelona).

Prudencia con las barbacoas y las temperaturas con las que cocinamos.

Y evitemos que se quemen, aunque sea poquito, las cosas que nos vamos a comer, especialmente si son grasas.

 




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