En
la revista SCRIPTA MUSEI GEOLOGICI SEMINARII BARCINONENSIS Numerus III (
Barcelona 21-06-2015), publiqué el trabajo “Marcas de abrasión sobre Callista
chione (Bivalvia). En las fotografías en blanco y negro que acompañan
a dicho trabajo, no se aprecian con detalle las marcas a que refiero en su texto, lo que luego e visto puede llevar a confusión. Dado que en este medio
puedo aportar color ya que el coste no es determinante, quiero ampliar y
detallar la referida nota.
Las
marcas del periostraco sí pueden ser debidas a abrasión por el roce con un
fondo arenoso, pero las marcas profundas sobre la concha (que señalo con una
flecha en las imágenes de abajo que no publiqué en el trabajo), no se
justifican con esa explicación. La concha de ese Callista es muy
dura y las marcas a las que me refiero son regulares y profundas, lo que no se
puede justificar con la presencia de guijarros con aristas en el fondo arenoso
o pedregoso. Semejantes marcas sólo pueden haber sido causadas por algo duro
aplicado sobre la concha mientras ésta estaba firmemente sujeta.
Con
todas las prevenciones, entiendo que esas
marcas fueron realizadas por el pico del pulpo al depredar al bivalvo, y luego utilizó las conchas en su cobijo. Los pulpos amontonan elementos para cerrar sus guaridas,
tanto piedras, conchas como objetos de lo más diverso. En este caso, al estar
las dos valvas con señales semejantes, no es disparatado pensar que fueran
los restos de un ataque.
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