Con la colaboración de los desaparecidos Talleres Pons
de Barcelona, Asensi elaboró un proyecto de taller Escuela, a bordo de un
barco mercante dado de baja.
Se trataba de que el barco fuera una base amarrada a puerto.
El barco, un transporte de aceites, tenía unas bodegas
diáfanas muy espaciosas y todas las cubiertas de madera de teca, lo que le daba
un aspecto no comercial, sino más bien de ocio, con un toque exótico.
No era un
barco mercante convencional. Por eso enamoró a Asensi, que se vió apoyado por Manuel
Pons, de los referidos talleres, una persona amante del mar y amigo de esas
aventuras culturales algo locas.
El precio del barco era muy asequible, ya que nos encontrábamos en plena crisis de la
marina mercante, por lo que su armador tenía un peso muerto que quitarse de
encima.
Y
su explotación resultaba asequible porque se trataba de un espectáculo inédito y muy atractivo, abierto a un abanico de población muy amplio. Las autoridades estaban entonces
proclives y dispuestas a colaborar en la tramitación de permisos y demás.
¿Qué falló? No lo sabemos, quizás le dio un vértigo de última hora a Asensi... o quizás un afloramiento de sentido común.
Esto no impidió que durante años siguiera buscando una sede estable para esa actividad.
O puedes escribir en el buscador Atarfe, o Níjar, cuidando los acentos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario