![]() |
Unicornio y niños. Foto: Libre en internet. |
No me gustan los habitantes de Costa Rica. Creo que su
gentilicio, es costarricenses.
Son guapos, inteligentes, educados, sonrientes,
listos, altos, perspicaces, aventajados y maravillosos, como unicornios sobre
el arco iris.
Pero no me gustan, porque debo tener muy mal gusto,
lo que es un problema mío, no suyo.
No me gustan porque en el trato, me da la impresión
de que todo su mundo gira en torno al dólar.
No me gustan, porque me da la impresión de que
excluyen de cualquier relación humana, todo lo que no tenga relación directa
con el dólar.
No me gustan, porque me da la impresión de que, como
niño quinceañero que no se despega de su teléfono móvil, son incapaces de
despegarse del dólar.
Sí, lo pueden dejar colgado de la percha en su
americana cuando salen a la calle, pero anímicamente siguen colgados de la
misma percha que la americana.
Y si eso es así, tal como me parece, prefiero un
dólar que es más cómodo de llevar y más seguro; porque un dólar es un dólar y
todos sabemos lo que es un dólar.
Pero así, visto de repente, nadie sabe lo que es un
costarricense.
Ni lo que es un somalí, ni lo que es un inuit, ni lo
que es un habitante de Albarracín.
Sin embargo, todos sabemos, con un mínimo riesgo de
equivocarnos, lo que es un dólar.
Entre otras cosas, por eso nos gusta el dólar.
Porque sabemos exactamente, cuánto vale y para qué
sirve.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.