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domingo, 4 de agosto de 2024

Crucero al Canal de Corinto. La bella y las bestias.

 

Puerto de Atenas. Nuestro Bougainville y detrás, un gran crucero comercial. (La foto la saqué desde el vehículo que nos enlazaba con el aeropuerto).
Puerto de Atenas. Dos grandes cruceros, desde la toldilla del Bougainville. Dan un poco de miedo, ¿no?.


Tenía claro, cuál debía ser el título de esta entrada, pero no tengo tan claro cuál será el contenido.

Porque el título ha sido un flash. Y un flash deslumbra, pero muchas veces no sabes de dónde viene exactamente.

Creo que ha sido al ver dos cruceros juntos, uno de estos de suobecientos mil pasajeros y otro más modesto, más amigable.

Creo que lo que subyacía en el destello, era la diferencia física y psicológica que hay entre un gran barco dedicado a crucero y un barco amable, dedicado a ese mismo menester.

E navegado en esos monstruos. Y mola.

Pero como decían en mi juventud, mola más General Mola.

Entonces era un dicho de la calle, hoy es un dicho culto, que pocos entenderán.

Y es que el hombre no desciende del mono, sino que tiende a él en su progreso hacia la incultura.

No voy a aclarar el dicho de calle. Lo dejo para tus entendederas.

Pero sí voy a mostrarte unas imágenes para que veas a que me refiero, cuando hablo de compartir unos espacios comunes con 180 personas o más de 3.000.

Tienes que hacer el pequeño ejercicio intelectual de transformar metros cuadrados por persona y ver que cuenta te sale. Es como ir a ver un partido de baloncesto o uno de fútbol.

Los dos deportes son apasionantes, pero reconóceme que preferirías ver el futbol, en el espacio del baloncesto.

Me he explicado fatal, pero confío, en que, como siempre me entenderás, lector. Te tengo por más inteligente que un servidor, pues sigues leyéndome y yo estoy harto de escribir.

Traigo unas fotos, para intentar compensar mis escasas explicaderas.

(Intentaré que continúe).




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