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martes, 27 de junio de 2023

Destellos de Egipto. Crucero por el Nilo.

 

Dedico esta entrada a mi paciente, generoso y querido amigo, Alfonso F.

Gracias por todo.


Las fuerzas armadas vigilan con discreción enclaves importantes, como presas y centrales de distribución eléctrica. En Egipto se respira seguridad. Ese es el parecer del común de los visitantes, según comprobé en mi entorno.

Cuando pregunté en eso que llaman agencia de viajes del RACC, sobre los cruceros por el Nilo, lo primero que me dijeron es que los cruceros no son como otros, haciéndome clara alusión a los cruceros que navegan por el Rhin.

Fue una observación evidentemente cierta pero íntimamente injusta.

Y por descontado, inapropiada para una agencia de viajes que vive de viajes a Egipto, entre otros.

Los cruceros que navegan por el Nilo tienen aspecto de caja de zapatos con ventanas. Pero no puede ser de otra manera en un gran barco que navega por un río tropical, en este caso el río más largo del mundo.

Estos cruceros han de albergar a mucha gente y navegar con seguridad por un río con riberas y fondos irregulares y vegetación arrastrada por la corriente.



No sé a que juegan, es solo para mostrar el crucero por dentro. Comedor. Foto: Chat Egipto.

Para evitar los problemas que presentan las hélices en esas aguas, se propulsan por turbinas y tienen un calado de dos metros.

Con estas limitaciones de diseño, el barco sale como sale; una caja de zapatos con ventanas.

Pero el interior es cómodo, simpático y en algunos rincones incluso acogedor, lo que es injusto omitir cuando se habla de esos cruceros y más cuando el que habla es presuntamente un profesional del gremio.

Bufet libre a bordo.

Ingeniosos los egipcios, ¿no? Pero poco avizores. Habitación.
Bufet libre a bordo.


Bufet libre a bordo. ¡Hasta se atreven con la paella!

Bufet libre a bordo.

La comida es occidental con toques autóctonos, siempre agradable y digestiva, si bien hay que ser prudente con el agua o con productos como las ensaladas que han tocado el agua, pues esa sencilla y vital bebida es causa tradicional de bajas entre los turistas.

Para ser sinceros, en nuestro grupo que debíamos ser unas veinte personas, no hubo, que yo sepa, una baja, es decir, un 0% de los expedicionarios.

Pero la moraleja no es esa, sino que yendo con un mínimo de cuidado ese inconveniente está salvado, aunque ciertamente es un incordio.

Por mi deformación intelectual no pensé en eso sino en algo más.

El agua se paga aparte y cada persona consume al día por lo menos dos litros de agua más las bebidas o refrescos que sean.

¿Cuántos turistas tiene al año Egipto? Por estas fechas leo que más de trece millones. Multiplícalo por dos o por tres lector y te podrás hacer una idea de la cantidad de materia prima necesaria para fabricar esas botellas de agua, que probablemente se devolverán al medio tal cual pero arrugadas. Las arrugas no contaminan, pero lo otro sí.

La venta de agua embotellada es un gran negocio para Egipto, pero una verdadera pesadilla para la naturaleza.

Hablo por boca de ganso porque no sé si los barcos llevan depuradora, y en caso de llevarla, hasta qué punto están bien mantenidas y son eficaces.

Si todas las respuestas no son negativas entonces es un verdadero desastre.

Río arriba el agua se ve bien, pero del ver al beber hay un abismo.

Buscando pececillos en aguas claras, arriba del Nilo.

Aguas abajo ni te digo, que diría un castizo.

En fin, que dentro de Egipto el agua se paga aparte, cara pero fría, lo que es un detalle, menos, para el gaznate.

Para tu consuelo, te diré que, si buscas en internet eso del reciclaje de botellas en Egipto, verás que ya están poniendo hilo a la aguja.

Riberas del Nilo.
Cubierta superior y luz de proa.
Puerta estanca de seguridad.

En los barcos y en la mayor parte del territorio egipcio olvidémonos de la accesibilidad.

Los barcos tienen varios pisos comunicados por escaleras empinadas.

Los monumentos son inaccesibles para un disminuido físico, pero desde mi lugar puedo decir que es completamente comprensible que sean inaccesibles, pues no está el horno para bollos.

Creo que el hotel de última jornada sí que era accesible. Los egipcios son gente lista, pero necesitan tiempo.







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