Camellos esperando a sus dueños, cerca de las pirámides. |
No recuerdo dónde aprendí ese proverbio. Quizás en
casa, de pequeño.
Es el equivalente al dicho cristiano de; a Dios
rogando y con el mazo dando.
Eso significa que sin olvidar las obligaciones
religiosas, en lo doméstico, no puede uno echarse a dormir debajo de la palmera
o de la sombrilla.
Una cosa es la confianza en el Señor y otra es la pereza disfrazada de confianza.
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