Si el
médico fuera un rubio sueco, servidor sería un bosquimano.
Dicho
de otro modo, hacer de curandero me repele como pisar a una babosa.
Pero
paso por la vida, de curandero.
Una
vez, en la montaña, un compañero dio un salto y al caer se clavó una gruesa rama en la
tripa.
¿Quién
tuvo que desempalarlo y atenderlo hasta que llegamos a lugar civilizado?
Una
servidora.
Otra
vez, jugando a la pelota, el portero se dejó un dedo en un clavo. ¿Quién tuvo
que ordenárselo, de compromiso y rápido?
Una servidora.
No sé
si soy el más caritativo de la reunión, el más tonto o el que tiene mayor
sentido común como para no permitir que se endulce el café con un colirio.
El
asunto es que me he hecho una fama, injusta, incómoda e insalubre, de curandero.
Muchos
me piden consejo.
-Tengo
rodilla de monja… ¿Qué hago?
-Hazte
ateo.
-Me
duele aquí, ¿qué hago?
-Vete
allí.
-El
médico me ha diagnosticado algo malo. ¿Qué hago?
-Pide
una segunda opinión a otro médico, cuidando de que no se conozcan.
-Estoy
desesperado, no saben qué tengo.
-Ármate de paciencia y vete a la medicina pública.
-El
médico me ha sentenciado con seis meses de vida.
-Vale
más sentencia de médico que de juez.
No
sé de medicina, pero sí de sentido común.
El
otro día me vino Manolo y me dijo.
-Tengo
balanitis de zoom y llevo tratándome meses sin curarme. ¿Qué hago?
- ¿ Balanitis
de ... qué?
-De
zoom.
- ¡Ah,
eso de las cámaras fotográficas!
- ¡No,
Pepe! Es un problema del pito.
-El
médico me dice que esa afección no tiene curación; me dice que me circuncide.
¿qué hago?
-
¿Eres judío?
-No
-Pues cambia de médico.
-Un
médico de la Seguridad Social no te dirá que te circuncides si no está
completamente seguro de que es una solución, porque da trabajo y no da dinero.
-Un
médico privado te aconsejará la operación, porque da dinero y si no funciona no
pasa nada querellable.
-No
visites a un cirujano, pues acabarás sin pito y con una prótesis de cadera.
Mejor un dermatólogo.
Para
no defraudar a Manolo me puse en eso de la fotografía.
Y vi
que esa afección es de etiología confusa y en general sin consecuencias graves.
Puede
curar, pero suele tardar en hacerlo.
Lo
vi claro. Es un problema local, pero sin cura local. Es decir, se manifiesta en
un enclave concreto, fruto de una situación de estado general.
-Manolo,
esto está hecho.
-De
los dos o tres médicos que te hayan visto, acógete al más conservador y simpático
y sigue su consejo.
- Nada de operaciones hasta que no saques los higadillos por la boca. Y además de hacer lo que te recomiende tu dermatólogo, tómate un complejo vitamínico, no sea que esa reticencia a la curación sea por falta de algún mineral o de alguna de las pócimas que echan en esos complementos.
-Elige el que te
recomiende el farmacéutico de tu confianza.
Hace una semana de esta última conversación con Manolo.
Hoy me lo encuentro en la calle.
-Hola
Manolo, ¿Qué tal con lo de la fotografía?
-
¡Mucho mejor, está prácticamente curado!
¡Dita sea, digo para mí!
Ahora se lo dirá a sus conocidos y reforzará mi malhadada fama de curandero. ¡Qué asco!
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