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viernes, 29 de julio de 2022

Noche en el puerto de Badalona. Y su hotel. Llegar a puerto.


 Hoy traigo una necrológica.

No es la primera del blog.

Un día de estos escribiré la mía, para que en su momento no quede el blog sin su guinda.

La de hoy es la de una persona querida, cosa que nada dice, pues mi amor alcanza a todos mis semejantes.

Y a los no semejantes sujetos a la Ley Natural.

También era una persona próxima.

Ese es el motivo de su presencia aquí.

Se trata de la Hermana y madre Jerusalén, mCR (misionera de Cristo Rey), que acaba de fallecer tras una dura, larga y ejemplar agonía.

Algún tonto del haba verá en esta necrológica un contenido trivial, anodino y si es muy tonto, muy tonto, irreverente.

Pero no.

Hablo de un puerto como metáfora, principio y fin de una singladura.

Es la paz y la seguridad al final tras un azaroso viaje.

Aquí ilustro además la posada en el puerto, una posada luminosa, que ofrece más que el mero amarre y sus servicios elementales.

La muerte es algo felizmente natural, que forma parte del diseño Creador.

Si ese trance es digno y ejemplar, miel sobre hojuelas.

Así es como se despide este naturalista.

Lo siento por quien no le guste.

Que amplíe su gusto.

Si quieres ver unas imágenes sobre esto, pulsa aquí.


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