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Barco, en plena temporada, abandonado por los proveedores en el varadero: Tenían muchas cosas que hacer u obligaciones más rentables que ocuparse de este barco. |
El Diccionario de la Lengua Española, da dos acepciones de la palabra empatía.
Por
un lado, la define como sentimiento de identificación con algo o alguien.
Y
también como capacidad de identificarse con alguien y compartir sus
sentimientos.
En
el mundo actual dónde el dinero condiciona el comportamiento humano, la empatía
es un sentimiento en extinción.
Mucho
en la sociedad, hace que la necesidad física o patológica de conseguir dinero,
esté por encima de cualquier sentimiento de identidad con otra persona.
Pasa
en todos los aspectos de nuestra vida y especialmente en los más monetizados.
En
el mundo de la automoción, por ejemplo, es raro el taller o concesionario que
no aplique sobreprecios en sus servicios, aprovechándose de la necesidad del
cliente de disponer de su automóvil.
Los
tiempos de espera para una reparación son regulares, porque hay mucha oferta de
servicios y el cliente no está para gaitas; la probabilidad de perderlo es
grande y eso supone un perjuicio grave en un sector tan competitivo.
Pero
en el mundo de la náutica en España, la oferta de servicios es escasa, por lo
que el cliente está en manos del proveedor.
Los
tiempos de espera para la prestación del servicio son larguísimos y los precios
son los que son.
No importa la urgencia que tengas para una reparación, que no
encontrarás un proveedor empático.
Eso
se solucionaría si hubiera mayor competencia en la oferta de servicios. Esa
mayor oferta debería derivarse de una mayor demanda.
Pero
la náutica es en España una actividad de élite.
No
ocurre así en el resto de Europa.
Los gobernantes españoles son reflejo de la población del país, que es de dónde salen: Son mezquinos y catetos,
envidiosos e incapaces y no favorecen el desarrollo de esta actividad tan noble
y enriquecedora, para quién tiene algo que enriquecer.
Pero la clase media burguesa española, que aspira a vivir de la subvención y del
pelotazo, no tiene nada que enriquecer.
El
sector de la náutica en España es un triste sector.
Por
eso en el blog, hablo poco de
proveedores y de marcas.
Ni de nadie que no se merezca estar en él.
No
hablo de las pobres personas ni de las malas empresas con las que me he tropezado.
En el silencio y en ellas mismas va su penitencia.
Si tengo que decir algo, lo diré de las buenas empresas o personas que, al margen de
su capacidad profesional, sean empáticas.
La
capacidad de sentir lo que siente tu prójimo, es el mayor valor que cabe
destacar de alguien.
Una
sociedad sin empatía es una sociedad salvaje y egocéntrica.
Caridad
es sinónimo de empatía.
Una
sociedad sin caridad puede ser muy eficiente, como lo son los hormigueros de los
que hablo en varias entradas de este blog.
Pero no es ese el modelo de una
sociedad deseable para nuestros hijos, si queremos que vivan en un mundo mejor.
No
hablo de la sociedad del bienestar, qué es un término equivoco, sino de un
mundo más afable y humano.