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sábado, 11 de junio de 2022

Barcos de madera.


 

Fotografiando y filmando la réplica, en construcción por los Astilleros Morales, de la barca de vela latina, La Francisca. Fotografía: Angélica Regidor.

Las escenas de video que te traigo en esta entrada puedes, considerarlas históricas en España.

Como verás se trata de la construcción, desde cero, de un barco de madera.

En los años 80 y 90 veía, con relativa frecuencia, construir barcos de madera, especialmente de pesca.

Hice entonces una serie de fotografías del proceso de construcción, en el antiguo varadero de Barcelona, de un barco de arrastre que construía, Astilleros Castillo hoy ya inexistente.

Entonces este astillero compartía espacio de la zona del varadero, al pie de la Torre de San Sebastián del Teleférico de Barcelona, con Astilleros Viudes, que construyeron la magnífica réplica de la Nao Santa María, que fue icónica de Barcelona, hasta que el independentismo catalán quemó la obra de arte que era aquella réplica, como los talibanes dinamitan sus expresiones culturales artísticas porque no comulgan con  sus significados.

Volviendo a las fotografías de que hablaba, las realice con fines didácticos que todavía no he consumado por falta de tiempo para despachar con una cierta dignidad todos los asuntos que se arremolinan en mi cabeza renacentista.

También he visto construir grandes barcos de pesca en San Carlos de la Rápita, en el Delta del Ebro.

Y también en algunas poblaciones de la Costa Dorada. Y en Arenys de Mar...

Con mucha más frecuencia he visto restaurar embarcaciones clásicas de madera.

En la costa mediterránea catalana había bastantes astilleros qué se dedicaban a ello con maestría.

Pero las circunstancias socioculturales y económicas españolas hacen que este tipo de astilleros y de barcos estén llegando a su final.

El acero y la fibra de vidrio están marginando la construcción clásica.

Hay un refrán que dice a la mar madera.

Pero hoy los tiempos cambian qué es una barbaridad y a la mar se le dan cada vez materiales más sofisticados.

La desaparición de los barcos de madera conlleva la desaparición de los astilleros y lo que es peor, de los oficios que giraban en torno a este arte tan antiguo y tan nuevo.

He hablado en el blog, de mi barco al qué nombré Lidos, en honor a los lidios o lidos, que, según nos dice San Isidoro de Sevilla en sus Etimologías, fue el primer pueblo que ensambló maderas de forma que su resultado podía llamarse barco, con capacidad de navegar por el mar.

Desde los lidos y su arte tecnológico, rondarán los tres mil años.

Antes los egipcios y habían jugado a ser marineros de agua dulce, pero estoy hablando aquí de cosas serias.

Y hasta hoy.

Se podrán contar con los dedos de una mano los astilleros catalanes que todavía restauren barcos de madera. Y sobrarán dedos de esa mano para contar los que construyen barcos de madera de obra nueva.

Entre estos se cuentan los Astilleros Morales, veteranos continuadores de la tradición en la construcción y restauración de barcos de madera.

Eso es lo que traigo aquí, un recuerdo sentido y homenaje a los carpinteros de ribera, a los maestros de hacha, a los calafates y a los artistas artesanos, que tanto han colaborado en el ocio y en la economía de nuestra sociedad, construyendo y restaurando barcos para el deporte y el comercio.

En el vídeo ves personas de apariencia normal, pero no son en absoluto normales, son artistas que dominan un oficio que se acaba. Son el espíritu del mar.

Mallorquina en restauración por Astilleros Morales (=Astilleros de Cataluña). Arriba, volando alto, una gaviota.

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